Llegar a una Copa del Mundo no es fácil, las selecciones recorren un largo camino de tres año, A nosotros nos tomó tres días desde la salida de ciudad de Guatemala hasta lograr aterrizar en Moscú.
El frío desapareció, el calor y los colores pintan la capital rusa que ya respira fútbol. La emblemática Plaza Roja olvidó los desfiles militares y en sus calles recorren aficionados luciendo las banderas y camisolas de sus países.
El sonido de las campanas de la Catedral de San Basilio y de la Torre del Salvador, la entrada principal al Kremlin, apenas se escuchan por el bullicio de los miles de fanáticos que llegan para fotografiarse en el sitio mas emblemático de Rusia.
En el lugar donde se escuchan los discursos del Presidente Vladimir Putin, los rusos ahora se detienen a ver a un grupo de aficionados argentinos que lucen una manta que rinde honor a Lio Messi y Maradona.
A pocos metros de la Llama Eterna, el Monumento al Soldado Desconocido, dedicado a los caídos en la Gran Guerra Patria, unos colombianos se toman fotos con una replica de la Copa del Mundo para recaudar fondos y continuar con su viaje.
El 12 de junio, el día que Rusia conmemora la Declaración de la Soberanía Nacional, es decir su independencia de la Unión Soviética, sus banderas ondean junto a la de los 32 países que competirán desde mañana hasta el 15 de julio en la Copa del Mundo 2018.
- Así llegamos a Rusia. Mira el video:
El escenario principal prepara sus galas
Cinco mil periodistas de todo el planeta se acreditaron para dar cobertura a la Copa del Mundo de Rusia 2018. Desde el uno de junio los centros de prensa en las 11 ciudades sedes del país anfitrión abrieron sus puertas para darle asistencia a los reporteros que desde ayer aumentaron en numero en la capital rusa.
Las filas en el centro de acreditación del Estadio Olímpico Luzhnikí superaban las quinientas personas en la mañana y en la tarde el numero de periodistas aumento cuando faltan menos de 24 horas para el pitazo inicial en el duelo entre Rusia y Arabia Saudita a las nueve de la mañana.
El centro de prensa de Moscú, ubicado en el interior del escenario que albergará la inauguración y la final, tiene capacidad para atender a dos mil reporteros al mismo tiempo. Cuenta con conexión a internet de alta velocidad, tres cafeterías, salas de asistencia para fotógrafos que brindan préstamo de equipo fotográfico y áreas de descanso.
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En las afueras del estadio Luzhnikí aún corren con los preparativos. Las marcas patrocinadoras aún arman sus escenarios y adentro, sobre la gramilla, se realizan las últimas pruebas de la ceremonia inaugural. Los rusos guardan hermetismo sobre el espectáculo, no permitieron que nadie se acerara a ver los ensayos pero se calcula que mas de tres mil personas participaran del show.
Así es Moscú
Ni vieja, deteriorada y perdida en el tiempo. Al contrario de lo que se ve en las películas de Hollywood y de la poca información en internet, Moscú es moderna, contrasta con edificios vanguardistas, arquitectura antigua, histórica y cuenta con un sistema de transporte efectivo.
Su inmensidad no es impedimento para recorrerla. Cuenta con bus, minibus metro, monorriel, tren, tranvía, bicicletas y miles de taxis para llegar a todos los puntos de la ciudad. El boleto de autobús cuesta cuatro quetzales y un día en metro, treinta (Q30).
Contrario a las historias que cuentan que a los rusos no les gusta el hablar inglés y que son poco amables, la mayoría se detiene para ayudar, si te ven en problemas se acercan y en una especia de “Ruesinglish” (fusión de ruso, español e inglés) auxilian a los visitantes.
El mejor amigo de un turista en una ciudad de más de 10 millones de habitantes, solo superada por Estambul, Turquía, con 13 millones, es un teléfono inteligente. Tener un celular de última generación con acceso a internet es un salvavidas. Con este, puedes buscar mapas para desplazarte y lo mejor, tener un traductor para ayudar a comunicarte.
En barrios alrededor del centro, las casas tienen un denominador común, están protegidas con muchas puertas contra el frío. A diferencia de cualquier parte del mundo, al ingresar a los edificios de apartamentos, tienes que abrir varias puertas gigantes, que más parecieran las de un bunker, pero no están hechas así por miedo a una guerra, si no para proteger a sus habitantes del extremo frío del invierno.
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