La carrera por la Presidencia de Honduras ha iniciado enfrentando a dos candidatos antagónicos, Xiomara Castro (ex primera dama y de tendencia izquierdista) y el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura (derecha).
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Los modelos antagónicos de Xiomara Castro y Nasry Asfura se enfrentan en las urnas de Honduras este domingo 28 de noviembre al ser los dos candidatos más fuertes para esta contienda en un país golpeado por la pandemia, los desastres naturales y la falta de trabajo, la nación centroamericana llega exhausta a unos comicios marcados por la violencia electoral y la tensión ante el resultado.
La primera vez que se supo en Honduras de Xiomara Castro fue en el verano de 2009, cuando se movilizó para defender el gobierno de su esposo, Manuel Zelaya, expulsado del poder y del país por un golpe de Estado de empresarios y militares.
Pero ahora es la candidata presidencial del izquierdista Partido Libertad y Refundación (Libre) y se enfrenta ante el conservador alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura. El jefe edil se presenta como un hombre cercano, que huye de la crispación y que ofrece modernizar el país con obra pública como ha hecho con Tegucigalpa, llenándolo de puentes, túneles y rotondas.
Su campaña compagina el lema: “Trabajo, trabajo y trabajo” con “Patria sí, comunismo no”, en referencia a Xiomara Castro. Pero los sondeos, prohibidos en el país desde hace semanas, describen el peor escenario para un país exhausto: el empate entre ambos candidatos.
Y aunque Castro y Asfura lideran las posibilidades de gobernar, hay mas aspirantes, Yani Rosenthal (miembro de una familia poderosa de ese país), hace campaña en el Partido Liberal después de tres años encarcelado en Estados Unidos por lavado de dinero.
Este domingo más de 5 millones de hondureños, el 70% de ellos menores de 39 años, votan para elegir un nuevo presidente, 128 diputados y alcaldes, con un ambiente cargado de tensión, en una nación de 10 millones de habitantes.
