Con la guitarra en la mano, Bryan Rivera recorría el lugar donde hasta hace cuatro días estaba su casa. Triste y cabizbajo se perdía entre la nube de polvo de la zona cero. Pese a sus esperanzas, la guitarra de su hermana pequeña fue lo único que encontró. De los 13 miembros de su familia, no obtuvo noticia.
A unos metros del lugar, Bryan recordó cómo trató de ayudar a su familia cuando cayó todo el material piroclástico desde el volcán de Fuego, que en los 22 años de su vida, solo “les había asustado”.
- RECUERDA LA HISTORIA DE RUBÉN DARÍO Y SU FAMILIA:
“Me dirigí hacia lo humilde que era mi hogar y me parte el alma ver…(se entrecorta por la emoción) no tengo palabras para decir lo que se siente”, relató.
Este es su relato:
Las notas de la guitarra llegaron a su memoria y recordó como sonaba cuando Glendy Vanesa, de 12 años, practicaba lo que había aprendido a tocar en la escuela de la Fundación Adentro de Ricardo Arjona.
“Comenzó a los 10 años y era apasionada por la guitarra”, recordó.
Mientras Bryan continúa con la esperanza de encontrar los cuerpos de sus padres, hermanos y otros familiares, prometió guardar la guitarra como un “grato recuerdo” de ellos.
Además, en honor a Glendy Vanesa, aprenderá a tocar el instrumento musical.
Un domingo para olvidar
Bryan trabaja en una granja cercana a la comunidad de San Miguel Los Lotes, pero el domingo de la tragedia estaba de descanso.
A las 10 de la mañana salió con sus amigos a pasar lo que denominó “un domingo normal” en El Rodeo hasta que sonó la alerta de la explosión del volcán.
“Cuando traté de hacer algo por mi familia, la lava la teníamos en la espalda”, narró.
Desde ese día, ha estado pasando las horas en uno de los albergues habilitados en Escuintla hasta este jueves que decidió subir a buscar a sus familiares cuando se enteró de que las tareas de rescate quedaron suspendidas.
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“Es injusto, yo entiendo que las autoridades están haciendo su trabajo, pero es injusto que no nos permitan a los familiares ingresar”, lamentó.
Para llegar a su casa, Bryan tuvo que buscar otros caminos entre el monte poniendo en riesgo su vida.