Guatemala aún es un país que no ha logrado llevar la electrificación a todas las comunidades dentro de su territorio. Largas distancias, topografía accidentada y falta de voluntad de las autoridades centrales es parte de la problemática que enfrentan principalmente las comunidades rurales que han sido marginadas por muchos años.
Varias alternativas han surgido en el mundo para llevar alternativas a las comunidades remotas, pero la necesidad aún es latente y cada vez se agudiza con el crecimiento de los habitantes en estas poblaciones.
Con base a su investigación que realiza en Suiza, la doctora Cristina Domínguez, asistente científica en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH por sus siglas en alemán), ha lanzado una propuesta que podría solucionar la falta de electrificación en las comunidades rurales en 3 continentes.
“Mi propuesta es darle acceso a estas personas con los recursos naturales que tienen los países en desarrollo. Yo enfoco mi investigación en África Subsahariana, el sur de Asia y Latinoamérica. Lo que hago es tomar diferentes casos de estudio, tomar diferentes países como muestra para realizar un modelo y que pueda convertirse en un modelo global. Además, se busca que este modelo pueda estimar la demanda energética, cuánta energía necesitan estas personas para suplirles y diseñar estos sistemas de energía renovable”, explica la científica.
Domínguez, quien presentó su estudio a estudiantes de la facultad de Ingeniería de la Universidad de San Carlos, explicó que una de las complicaciones es la ubicación de la comunidad, el tipo de clima, la topografía, densidad demográfica para establecer cuál es el modelo más adecuado para llevar energía a las comunidades rurales.
Pese a la falta de datos en entidades nacionales y contar solo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística de 2014, los modelos, Domínguez pudo establecer dos propuestas que pueden llevar una solución a las comunidades de Guatemala.
En la región del suroccidente de Guatemala es necesario crear mini-redes basadas en energía solar, esto debido al alto potencia de energía solar de la zona, la alta demanda eléctrica y el bajo acceso a la electricidad en áreas rurales. Una mini-red de paneles solares puede generar mayor energía para proveer a una comunidad, lo que podría favorecer al uso de otro tipo de electrodomésticos o máquinas que requieren más potencia.
En el caso de noroccidente, conformado por Huehuetenango, Quiché, Alta y Baja Verapaz la baja demanda eléctrica más el bajo acceso a energía en áreas rurales podría generar dos soluciones: la instalación de sistemas solares individuales o mini-redes basadas en energía hidráulica.
La doctora Domínguez destaca que para llevar a cabo estas soluciones debe existir voluntad por parte de las autoridades gubernamentales, ya que debido a que estas zonas no representan grandes ganancias para las entidades que proveen energía en el país, la electrificación en estas zonas seguirá fuera de sus intereses.
En el caso de Petén, debido a la falta de datos, no se pudo establecer un modelo que pueda ser una solución para la falta de electricidad en sus comunidades rurales.
Además, resaltó que al momento de la adquisición de los paneles solares u otras herramientas para llevar a cabo estas soluciones, no deben adquirirse las más baratas, ya que no podrían satisfacer las necesidades de las comunidades, como lo que ocurre en varias comunidades en Sudáfrica y Bangladesh, donde los equipos apenas sirven para conectar un par de focos y en otros casos han quedado en el abandono.
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