Entre acuerdos y algunos roces con las bases partidarias, la dupla conformada por Donald Trump y Elon Musk está a horas de llegar al Gobierno de EE. UU.
EN CONTEXTO: Donald Trump crea una especie de "Centro de Gobierno" con Elon Musk a la cabeza
Analistas estadounidenses han hecho sus predicciones sobre lo que le espera al equipo conformado por el presidente electo de ese país, Donald Trump, y el hombre más rico del mundo, quien lo acompañará en su segundo mandato, Elon Musk.
Los expertos consideran que ambos empresarios y políticos, cuya dupla se ha denominado "Mump" y quienes comparten objetivos ideológicos que están estrechamente alineados con los intereses financieros, deberán hacer frente ahora a las realidades de la Casa Blanca.
"Al igual que Trump, Musk entendió el valor de captar la atención diciendo o haciendo cosas consideradas escandalosas" y "desafiando las normas establecidas", dijo Margaret O'Mara, profesora de historia en la Universidad de Washington.
Mientras que Peter Loge, especialista en medios y asuntos públicos de la Universidad George Washington, hizo ver que "Elon Musk es rico, es provocador y no deja de decirle a Donald Trump que es maravilloso: eso es todo lo que a Donald Trump le gusta".
Según los expertos, tales características son las que hacen que, hasta ahora, ese equipo funcione, pero también consideran que sus propios intereses podrían impactar en su alianza.
"La probabilidad de que haya fricciones a largo plazo es alta" entre estas dos personalidades que buscan atención, pronosticó Lorenzo Castellani, profesor de Historia en la Universidad Luiss Guido Carli de Roma.
El rol de Musk
Musk no será ministro, pero encabezará una misión asesora externa para recortar el presupuesto y desregular masivamente, lo que ya genera preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses.
Se trata de una instancia que bien podría compararse con el extinto Centro de Gobierno que Alejandro Giammattei instituyó durante su gobierno en Guatemala y la cual estuvo dirigida por su amigo Miguel Martínez.
En su momento, Musk afirmó que podría recortar el gasto federal en por lo menos dos billones de dólares; sin embargo, más recientemente dijo que recortar un billón ya sería "un logro enorme" y una tarea colosal, dado que el presupuesto federal se eleva a entre 6.5 y 7 billones de dólares.
"Tiburón de negocios"
El multimillonario, de 53 años, no se ha apartado de Trump desde la elección presidencial de noviembre y suele mostrarse con un esmoquin a su lado en las fiestas que se celebran en la lujosa residencia del presidente electo, en Florida. También asiste a reuniones con grandes empresarios y líderes extranjeros.
Según Castellani, su perfil recuerda al "típicamente estadounidense" de los "tiburones de negocios" de finales del siglo XIX y principios del XX, como Cornelius Vanderbildt, Andrew Carnegie o JP Morgan, que tenían "un poder económico y una influencia política enormes".
Al igual que esos capitanes de industria o grandes banqueros de antaño, Elon Musk utiliza su influencia política para impulsar sus intereses.
Según los expertos, es para proteger su red X (Twitter) que está agitando el debate político en varios países europeos, siempre poniéndose del lado de la derecha radical.
Esto cobraría sentido ante acciones como las que se han adoptado en el Reino Unido, donde una ley afectaría la actividad de las redes sociales desde este año; entretanto, la Unión Europea amenaza a X con una fuerte multa.
Los roces
De acuerdo con lo que se ha evidenciado desde la campaña electoral, Musk es un electrón libre, pero no actúa completamente solo.
Alrededor de Donald Trump gravitan ahora varios magnates tecnológicos de perfil bastante similar al dueño de Tesla, quienes adhieren a una ideología "libertaria" mezclada con ideas reaccionarias.
Sin embargo, sus intereses no necesariamente coinciden con los de la base de Trump, la cual se muestra hostil a la globalización y tentada por el repliegue identitario.
Por ejemplo, en días recientes Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy, quienes codirigirán la misión de recorte del gasto público, defendieron la emisión de visas H1-B, que permiten a las empresas llevar a Estados Unidos trabajadores extranjeros con habilidades específicas.
Tal postura desató comentarios negativos e indignó a algunas personalidades conservadoras, quienes han mostrado su apoyo al próximo presidente estadounidense.
"Acogimos con beneplácito a la gente del sector de la tecnología cuando vinieron corriendo hacia nosotros... Pero no les pedimos que diseñaran la política migratoria", observó con un dejo de malicia Matt Gaetz, excongresista y ferviente partidario de Donald Trump.
*Con información de AFP
