"La Ara Militaris está extinta en vida silvestre. La guacamaya verde sólo existe en cautiverio", dice Fernando Martínez, director del centro de rescate de vida silvestre ARCAS, mientras caminaba entre las jaulas de animales que se encuentran bajo su cuidado. "La destrucción de su hábitat y el tráfico ilegal de especies las está matando", añadió.
Guatemala es considerado uno de los países con más biodiversidad en América junto con México, Costa Rica, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela. Alberga a 192 especies de mamíferos, 486 variedades de aves y 27 especies de anfibios.
Sin embargo, esta diversidad corre peligro debido a la existencia de redes que operan en el Oriente y Norte del país, dedicada a la extracción de vida silvestre para su comercialización ilegal en México, Estados Unidos, España, Holanda y Australia.
Una de estas especies es la “Ara Macao” o Guacamaya Roja, sólo existen unas 250 aves en Guatemala, de acuerdo con el censo realizado por la asociación Wild Conservation Society (WCS) y es uno de los animales exóticos del país con gran demanda en el extranjero.
Una Guacamaya roja colocada en el mercado negro puede alcanzar un precio de hasta 3 mil dólares y se comercializan con previo acuerdo entre el distribuidor y comprador o se cotizan fácilmente en páginas de subasta en Internet o en perfiles extranjeros de la red social Facebook, según se cotiza en dicho portal, así como lo refieren expertos de WCS.
En Guatemala, la tenencia de una Guacamaya Roja está prohibida por la Ley de Áreas Protegidas, en Categoría 1, que significa que sólo podrán TENERSE E investigarse para su conservación, de acuerdo con los criterios de la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).
Pero para los "guaqueros" o extractores de Guacamayas estas regulaciones no existen, puesto operan en cuatro puntos: al norte del Parque Nacional Laguna del Tigre, en Petén, frontera con México y en algunas zonas fronterizas del río Usumacinta, el cual divide Guatemala de México, en el área de Sayaxché y cerca de Melchor de Mencos, también en Petén, frontera con Belice.
En los últimos diez años, la División de Protección de la Naturaleza (Diprona) de la Policía Nacional Civil (PNC), en conjunto con el Ministerio Público y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), han logrado rescatar 23 Guacamayas Rojas, muchas incautadas en viviendas, muy pocas en ruta, lo cual, según la WCS es grave ya que la extracción continúa sin que se logren hacer capturas.
Rony García, director del departamento de Investigaciones Geológicas de WCS, explicó que los guaqueros roban nidos para extraer a las pichones, cuidarlos y esperar a que crezcan para venderlos ya sea para coleccionistas privados o los trasladan hacia los diferentes mercados en el país.
García detalló que la población de Guacamayas se recupera lentamente, ya que estas pueden tener un pichón por año y actualmente la WCS monitorea alrededor de 40 nidos, pero no les alcanza ni el tiempo ni los recursos económicos para cubrir todo el departamento de Petén.
"Se roban los pichones en los lugares donde no hay presencia de la Diprona, de ahí salen Guacamayas. Y ¿hacia dónde van? ¿por donde pasan? Simple, por la rutas que nosotros mismos transitamos para ir hacia la ciudad capital o hacia las fronteras", destacó García.
Especies cotizadas
Existe, también, una peculiar inclinación por los reptiles. Según detalla Carlos Mansilla, director técnico de Vida Silvestre del Conap, la especie "Heloderma Horridum Charlesbogerti", más conocido como el "Lagarto enchaquirado del Valle del Motagua" o "Niño Dormido", es una especie única en el mundo y es nativa de Guatemala y se le encuentra en los bosques secos del departamento de Zacapa, al oriente del país.
Algunos poblados que rodean el municipio de Cabañas, en Zacapa, son los encargados de recolectar esta especie endémica del país y pueden vender un réptil en alrededor de unos 26 dólares, o 200 quetzales en moneda local; pero los traficantes los venden en el extranjero hasta por 2 mil dólares en Holanda y Australia, según detalla el Conap.
La lista continúa entre iguanas, tortugas, serpientes, aves, mamíferos entre las especies de mono Saraguate y mono Araña. Se han decomisado tigrillos, pumas y hasta jaguares.
¿Cómo operan?
Todo comienza con un poblador en Petén que desee ganar unas cuantas monedas. Ubica un nido de aves y captura a los pichones que aún no saben volar. Luego lo llevan a un centro de acopio en la aldea Sacpuy, del municipio San Andrés, siempre en Petén, según una fuente que prefirió el anonimato.
Es en ese lugar donde llegan los "picoperos", personas que se conducen en vehículos tipo pick-up, y que tienen jaulas acondicionadas en la parte trasera para todo tipo de animales. Estos son los intermediarios y son los que comercian directamente con el distribuidor en algún mercado local, o con los compradores extranjeros.
De acuerdo con la fuente, los "picoperos" negocian directamente con narcotraficantes y utilizan algunos pasos fronterizos donde la madera y las drogas encuentran su camino hacia México. "Es el principal destino de estos animales", añadió.
Mansilla, del Conap, confirmó que son estos intermediarios los que se contactan directamente con las comunidades. "El picopero platica con ellos, les pide animales, les paga una cantidad mínima y salen del país junto con madera, drogas y plantas exóticas que también trafican", explicó.
"Ha sido de esta forma que muchas comunidades en Cabañas (Zacapa) o en algunas que están cerca de la Sierra de las Minas (Jalapa) subsisten. Extraen loros para sobrevivir, pero no saben que pueden ir a prisión hasta por 10 años si son capturados por tráfico de especies", añadió Mansilla.
También existen mecanismos más crueles para capturar animales. Muchos de los mono araña o saraguate, son muy ágiles y difíciles de capturar, por lo que los recolectores disparan contra la madre que cae con su cría desde lo alto de un árbol, muchos bebés no sobreviven, según explicó Martínez, de ARCAS.
Formas de transporte
Los medios que se utilizan para transportar a los animales son diversos, desde colocarlos en cajas, jaulas a simple vista, hasta ocultarlos en mochilas, en vehículos con doble fondo. Algunos son adormecidos con medicamentos para no provocar ruido y evitar ser descubiertos. Incluso, se descubrió un grupo de tortugas pequeñas dentro de un paquete de "courier".
Este caso, señala Mansilla, sucedió en la aduana del Aeropuerto Internacional la Aurora, la cual es operada por la empresa Combex-Im, cuyos empleados detectaron el ingreso de un paquete que contenía dos tortugas bebes sin su documento respectivo. Las tortugas fueron decomisadas.
A finales del año pasado, Combex-Im reportó al Conap 134 decomisos de animales que pretendían salir del país vía aérea: se detectaron 2 monos (no detalló especie), 2 aves, 2 reptiles y 128 especies marinas, entre peces y corales. No se especificó el destino.
El Conap divide el país en cinco regiones, destacando que la región central, entre los departamentos de Guatemala y Sacatepéquez, se detectaron 131 decomisos de especies. En Oriente el tráfico frenado fue de 133, en la región de Occidente, en el altiplano del país, se realizaron 47 decomisos y en el área Noroccidente, fueron 24.
"Hemos rescatado monos capuchinos, monos araña, monos saraguates, serpientes, boas, guacamayas, pericos y loros. Las aves son las preferidas para este comercio", detalló Mansilla.
Las rutas locales e internacionales
La hipótesis que mantiene el Conap es que la gran mayoría de animales extraídos de su hábitat sale del país cuyo destino son colecciones privadas de compradores que ya han realizado encargos, y se tiene como principal punto de salida la frontera entre Guatemala y México, al norte del país, entre la biósfera Maya.
Se ha detectado fuerte movimiento en la frontera entre Guatemala y Honduras, al oriente; la otra frontera con México, por Occidente. "Tenemos problemas en el centro con los mercados cantonales. Pero son áreas muy conflictivas y se tendrían que hacer grandes logísticas para coordinar decomisos", comentó Mansilla.
En México, según los registros estadísticos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se lograron recuperar entre 2014 y 2013 alrededor de 5 mil 774 especies exóticas en 694 operativos en todo el país y han sido arrestadas 94 personas sindicadas de cometer delito contra la biodiversidad.
Alejandro del Mazo, subprocurador de la Profepa, según declaraciones dadas al diario mexicano Milenio, el crimen organizado se encuentra involucrado en el tráfico ilegal de especies, señalando que existe una ruta, principalmente de extracción de madera proveniente de Honduras, que hace escala en Guatemala, llega a México y se comercializa en el mercado negro hacia China.
Honduras, por su parte reporta un tráfico desmedido y sin cuantificar de reptiles y destaca el comercio ilegal de tortugas marinas. En cuanto a las aves, la Asociación Hondureña Protectora de Animales y su Ambiente (AHPRA), denunció extracción de tucanes, guacamayas rojas; así como tigrillos y mono araña.
De vuelta en Guatemala, el principal movimiento se da sobre la CA-1 que conecta hacia el Océano Atlántico, y la ruta que conduce hacia los departamentos de Alta y Baja Verapaz. En todo ese trayecto, solo existe un puesto de control: en Modesto Méndez, considerada la frontera entre Petén y el departamento de Izabal, y el cual, critica Fernando Martínez, de Arcas, no se realizan los controles como es debido.
"Haciendo un resumen, desde 1995 a 2015, hace 20 años, los decomisos de especies han bajado, pero no es que el tráfico haya descendido, es porque los puestos de control que no hay, y si existen, no revisan lo suficiente", agregó Martínez.
En este sentido, Aura Marina López, fiscal del Ministerio Público de Delitos contra el Medio Ambiente, destacó que la cantidad de elementos de la Diprona no son suficientes para abarcar todo el país, "son menos de 400. No se dan abasto".
Según la Diprona, existen 381 agentes que se movilizan en todo el país cuya especialidad es evitar que se realicen delitos contra el medio ambiente. Estos, operan principalmente en las rutas más transitadas donde se tiene sospecha de tráfico de maderas preciosas. En cada puesto de registro, por estrategia se encuentran unidades de la Policía Nacional Civil (PNC) junto con miembros de la Diprona y la cantidad de personal varía entre 5 y 10.
Además, la fiscal explicó que poseen una gran cantidad de casos y de procesos de investigación abiertos en contra de redes criminales que se dedican al tráfico de animales. "Tenemos identificadas varias redes internacionales que se encuentran dentro del país. Es todo lo que puedo decir al respecto", señaló.
“El Guarda”
"El Guarda" es un mercado ubicado en la zona 11 de la ciudad de Guatemala y es popular debido a que se concentra la venta de la gran mayoría de productos que ingresan por contrabando provenientes de México, reventa de celulares robados, ropa y por su puesto, animales, principalmente aves.
En este lugar se pueden observar pericas pequeñas, algunas cotorras enjauladas, Guacamayas, Caracara (ave exótica), incluso tigrillos, estos últimos son más difíciles de observar, por lo regular cuando se encuentran en el mercado ya tienen un comprador previo y tan solo aguardan a su nuevo propietario.
Los vendedores saben de las regulaciones y no dan precios a no ser que se compre una especie directamente en efectivo.
Tanto las autoridades del Conap, el Ministerio Público, así como las asociaciones de WCS y de ARCAS coincidieron que "El Guarda" es uno de los principales centros de distribución de animales exóticos.
La fiscal del Ministerio Público, fue enfática en indicar que en ese mercado no hay solo animales, además de los productos del contrabando, se realizan grandes transacciones que son investigadas por las autoridades. "Es muy difícil entrar ahí", dijo la Fiscal,
Combate al tráfico
Martínez, de ARCAS, explica que la gran mayoría de animales que resguarda en su centro de rescate han sido animales que se encontraban ya en viviendas, que son domesticados. "Tenemos un Jaguar que fue traído hace tres años, era una mascota", comentó.
El director del centro de rescate, ARCAS, ubicado en Petén, señala que recientemente la Diprona y el MP alertaron de un gran decomiso, incluso se llegó a pensar que se desmantelaría una red criminal dedicada al tráfico de Jaguares, debido a la denuncia.
Pero al llegar, se hizo el allanamiento, "fue en Izabal", agregó. Fue en las viviendas a orillas del Río Dulce. "Decomisamos madera y un tigrillo, no un Jaguar. Este ingresó al centro de rescate. Está altamente domesticado y se encuentra en el área de cuarentena", concluyó.
La Fiscal de Delitos contra el Medio Ambiente detalló que la Diprona monitorea las diferentes rutas del país, ya sea en puestos estáticos o en patrullas movilizadas. Detiene vehículos con sospechas y los revisa.
De esta cuenta, solo durante el 2014 se logró la detención de 708 personas por delitos vinculados con la naturaleza; se incautaron 320 automóviles que se utilizaban para el transporte de las mismas, cuatro lanchas, tres furgones, 57 armas de fuego y 235 moto sierras, estas últimas propiedad de traficantes de madera que operan en el área norte del país, en la biósfera Maya, según la Diprona.
Hasta la fecha, según la Fiscal, no se ha logrado la desarticulación de alguna red de tráfico de animales que opera en el país y los casos actuales son por posesión ilegal de especies en peligro de extinción.
Las autoridades sostienen que hacen su mejor esfuerzo para evitar que las especies que se venden en el mercado negro salgan del país. Sin embargo, en abril pasado fue desmantelada una red de defraudación aduanera que permitió el ingreso y salida (sin impuestos bajo cobro de comisión) de miles de contenedores durante cuatro años y a la fecha se desconoce qué transitó con tanta libertad en las aduanas de Guatemala.
* Esta investigación fue realizada por Soy502 en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas del International Center for Journalists (ICFJ) en alianza con CONNECTAS.