La enfermera británica, Lucy Letby, fue declarada culpable de haber asesinado a siete bebés prematuros.
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La exenfermera Lucy Letby, de 33 años, fue hallada culpable de matar a cinco bebés varones y dos niñas, cuando aún trabajaba en el Hospital de Chester, Inglaterra, entre 2015 y 2016.
Letby fue acusada de lastimar intencionalmente a los recién nacidos de distintas maneras: inyectándoles aire en sus flujos sanguíneos y leche en sus estómagos mediante sondas neogástricas.
La enfermera también fue acusada de envenenar a los bebés recién nacidos al insertarles insulina en las sondas intravenosas y de manipularles los tubos de respiración.
Durante el largo juicio, que empezó en octubre de 2022, la fiscalía relató que el hospital registró en 2015 un aumento en la cantidad de bebés que morían o cuya salud se deterioraba considerablemente.
Algunos bebés sufrieron "colapsos catastróficos", pero si sobrevivieron gracias a la intervención del personal hospitalario que actuaron correctamente.
Los fiscales afirmaron que Letby estaba de turno cuando ocurrieron todos los casos y la calificaron de "presencia malévola constante" en la unidad neonatal cuando los bebés se murieron.
Lucy rechazó todas las acusaciones y culpó de los fallecimientos al propio hospital, ante un jurado de siete mujeres y cuatro hombres, que deliberó durante más de 110 horas antes de llegar al veredicto.
Letby retuvo las lágrimas cuando el jurado la halló culpable de dos cargos de intento de asesinato, y posteriormente estalló en llanto y se negó a ir a la sala cuando se leyeron los demás fallos.