Estados Unidos se despide del expresidente George Bush padre con un día de duelo nacional y un funeral de Estado en Washington, al que asisten líderes presentes y pasados para honrar a quien es considerado ejemplo de unidad en un país hoy dividido.
El ataúd de George H.W. Bush llegó a la Catedral Nacional en Washington desde el Congreso donde fue velado las últimas 36 horas.
La familia de Bush, incluido su hijo mayor y presidente número 43 de Estados Unidos, George W. Bush, acompañó el féretro cubierto por la bandera estadounidense.
Al tributo asiste en primera fila el presidente Donald Trump, cuyo ascenso en el mismo partido Republicano del clan Bush y su sorpresivo triunfo en 2016 supusieron una agria confrontación con esta emblemática familia de la política estadounidense.
Junto a Trump y su esposa Melania, están sentados los tres expresidentes demócratas: Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, y sus esposas Michelle Obama, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y Rosalynn Carter.
Al llegar, Trump y Obama se dieron el primer apretón de manos desde que el primero sucedió al segundo, el 20 de enero de 2017. Pero los Trump no saludaron a Clinton y Carter. Este último, sin embargo, había intercambiado cálidamente unas palabras con el vicepresidente Mike Pence poco antes.
El expresidente George W. Bush brindó un discurso al lado del ataúd de su padre, pero se le vio muy afectado y en varias ocasiones mostró su semblante más acongojado.
Después de una ceremonia final en la Iglesia Episcopal de San Martin, en Houston, Bush será enterrado en la Biblioteca y Museo Presidencial que lleva su nombre en el campus de la Universidad de Texas A&M, junto a su esposa Barbara y a Robin, la hija de ambos, que murió de leucemia a los tres años en 1953.
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