Suelen decir que la primera impresión es vital en cualquier relación. Para los extranjeros que visitan Guatemala, el Aeropuerto Internacional La Aurora es el primer contacto con el país.
En noviembre de 2017, el Gobierno autocertificó la terminal aérea e hizo creer que la Organización de Aviación Civil Internacional avalaba las buenas condiciones de la terminal aérea. El presidente Jimmy Morales, incluso, anunció esto como uno de los logros más importantes de su gestión. Un equipo de Soy502 realizó un viaje para constatar cuál es la primera impresión de los turistas; y no es la mejor.
- ASÍ TE LO CONTAMOS:
Tras descender del avión y pasar por la rampa móvil, los visitantes caminan por un pasillo gris iluminado apenas por una valla publicitaria en uno de los extremos y algunos focos en la parte superior. Aquello más parece las rampas de hospitales públicos, aunque estas últimas suelen estar más iluminadas.
Al final del oscuro pasillo, los turistas deben registrarse en los cubículos de la Dirección General de Migración. Si antes necesitan utilizar un baño, se llevarán otra mala impresión.
El primer sanitario se encuentra sucio y uno de los mingitorios está deteriorado. El hedor a orín estancado será el primer recuerdo olfativo de quien se atreva a entrar a ese baño.
Así fue la experiencia dentro del Aeropuerto Internacional La Aurora:
"La primera impresión y la última son las más importantes. Lamentablemente, si tenemos una entrada en la que los turistas no tengan una experiencia positiva, queda grabada en la mente", criticó el director del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), Jorge Mario Chajón.
El vocero de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Conrado Monroy, responsabilizó a los usuarios por la falta de limpieza en los baños. "Nosotros estamos en un esfuerzo permanente por hacer limpieza, pero estamos en una temporada alta y no tenemos colaboración de los usuarios", aseguró el portavoz.
Chajón añadió que este año el Inguat tiene previsto un proyecto para mejorar los servicios sanitarios del aeropuerto y así darle una mejor impresión a los turistas. Este programa costará cerca de 2 millones de quetzales.
- RECUERDA:
Para pasar por las revisiones de Migración, en ocasiones es necesario esperar hasta dos horas en la fila; el pasado viernes, sin embargo, día en que Soy502 hizo la visita, no hubo complicaciones porque no había demasiados vuelos.
Según la vocera de Migración, Alejandra Mena, tienen asignados 70 empleados para atender las once ventanillas en las que se registra la salida de ciudadanos, y otras once para el ingreso al país. La portavoz atribuyó las largas filas a la afluencia de viajeros. "En esta época tenemos 8 mil personas por día y antes eran 5 mil en promedio", remarcó.
Al salir de la terminal, los viajeros observan a una multitud que espera a sus familiares en la calle junto a varios vendedores que ofrecen diversos productos. Si el vehículo que llegó por ellos está en el parqueo, tendrán que tomar uno de los elevadores con los espejos rotos y con daños en el azulejo.
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"Realmente la comodidad para el viajero es mala. La parte más bonita de una casa es la sala para dar una buena impresión, pero estamos dando una mala impresión con este aeropuerto en esas condiciones", señaló el capitán Fernando Castillo, integrante de la Junta Directiva del Aeroclub.
Sin embargo, Castillo indicó que los problemas más serios de la terminal aérea no son estéticos, sino técnicos, como las deficiencias que atraviesan los bomberos y la DGAC para atender emergencias en la pista, o la falta de instrumentos para hacer más seguros los aterrizajes. "Por esto puede haber muertos o accidentes trágicos", advirtió el aviador.
Lo que ven al salir del país
La salida de Guatemala no es muy distinta al ingreso. Al entrar por el segundo nivel del aeropuerto, las personas deben acercarse a la ventanilla de la aerolínea con la que viajarán y luego pasar a registrarse ante la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y Migración.
Sin embargo, la rotulación de la terminal aérea no es clara y al momento de llegar a la ventanilla de información no había ninguna persona atendiendo. Al menos seis extranjeros esperaban por instrucciones para llenar su boleta de salida y otros para saber a dónde dirigirse.
El vocero de la DGAC atribuyó esto a un error humano, ya que aseguró que tienen asignado personal permanente en ese puesto.
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La falta de señalización o personal que oriente a los viajeros también incide en las filas: hay dos ingresos para que el personal de la SAT verifique el equipaje y el de Migración revise los documentos, pero la mayoría de excursionistas utiliza solo una de las puertas de acceso porque es la única señalizada.
Luego de pasar los controles de rutina, hay varios baños que también están sucios y en algunos no sirven los secadores de manos.
Los pasajeros deben esperar su vuelo en una de las 19 salas. La mayoría tiene sillas rígidas que pueden resultar incómodas después de algunas horas de espera, por lo que después de algunos minutos varias personas optan por sentarse sobre la alfombra y algunos hasta duermen en el suelo.
"Esas sillas son especiales para aeropuerto y reúnen condiciones de comodidad", enfatizó el portavoz de la DGAC.
Tiendas cerradas
Durante la espera, algunas de las personas acostumbran a adquirir productos para llevar a sus países. Sin embargo, se encuentran con que varias de las tiendas están cerradas.
- ADEMÁS:
Los siete locales que ocupaba La Riviera están cerrados desde 2016. Durante ocho años, esta empresa operó con un permiso especial de la SAT para no pagar impuestos. Por este caso se encuentra en prisión el exjefe de dicha entidad, Rudy Villeda.