Hace 15 meses 41 niñas murieron calcinadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Muchas más quedaron con daños severos. El hecho causó indignación y rechazo, otros exigieron mejores condiciones para las menores. Mientras que el sistema de justicia abrió proceso en contra de los probables responsables.
En el Congreso los diputados gritaban indignados. Los ciudadanos salieron a las calles, prendieron velas en memoria de las víctimas y el dolor era evidente. El 8 de marzo nunca volverá a ser igual. Hoy, 15 meses después, pareciera que todo se olvidó. El rechazo y la indiferencia regresó y los menores acogidos por el Estado volvieron a ser un problema.
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Hace no más de dos meses, 53 niñas fueron instaladas en una vivienda ubicada en el sector de Panimaquín, de San Bartolomé Milpas Altas, Sacatepéquez. La vivienda está alejada y su únicos vecinos cercanos son terrenos baldíos. Sin embargo, su presencia no fue bien acogida, al extremo de que varios comunitarios salieron a las calles a exigir que el hogar sea retirado.
"Rechazamos rotundamente la permanencia de la casa hogar en el sector La Zarcita", se lee en una gran manta colocada en la carretera que conduce hacia el centro.
Rubén Ernesto Axpuac, alcalde del municipio, aseguró: "No estamos discriminando, no quiero que se malinterprete. El problema es que el pueblo es pequeño y estamos acostumbrados a vivir en paz, la población tiene miedo de que se incremente la delincuencia".
Según el jefe edil, "desafortunadamente para las niñas los antecedentes que se han dado en las casas seguras que tiene el Gobierno han generado malos precedentes. Se ha escuchado que muchos niños salen huyendo y cometen fechorías o actos vandálicos, por lo que la población piensa que las señoritas o las niñas pueden ocasionar esas situaciones".
Axpuac reconoció que las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, entidad que tiene a cargo los hogares, le explicaron que son menores que no tienen conflicto con la ley penal, pero "la población teme que los familiares, que no se sabe qué tipo de personas son, puedan generar inseguridad".
"Este es un municipio donde es difícil que haya un asalto, no hay extorsionistas, ni mareros... y la población teme que los familiares o amigos de las niñas, puedan venir a generar problemas. Imagínese, las niñas fueron arrebatadas de sus familias, obviamente no fue porque hayan hecho algo bueno", dice Axpuac.
La discordia fue tal, que el Consejo Municipal en conjunto con el alcalde emitieron un comunicado en el que piden a las autoridades retirar el centro de esa comunidad.
"Tienen tatuajes y hablan bien feo"
Los vecinos se quejan. Argumentan que desde que llegaron las menores han iniciado varios asaltos por el sector. Incluso, aseguran que las niñas se han escapado y que vehículos extraños llegan en horas de la noche y la madrugada al centro.
Victoria García, comerciante del mercado de San Bartolomé Milpas Altas, indicó que existe molestia porque el Hogar Seguro se instaló sin contar con ningún permiso y se hizo sin consultar a la población. "Hay mucha gente que está ingresando y no es la correcta. No sabemos que tipo de padres tienen esas señoritas. Acá es tranquilo y tenemos temor de que inicien las extorsiones", manifestó.
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De acuerdo con García, desde que llegó el Hogar han ingresado personas tatuadas al pueblo y señoras "con mal vocabulario... queremos que ellas se retiren, nosotros también tenemos derechos y eso es lo que pedimos".
Mientras que Zulema González, indicó que los asaltos se incrementaron en las áreas aledañas al centro. Además, "las jovencitas se escapan de la casa y luego se les ve con muchachos", incluso, "un familiar vio que a una de ellas la tenían entre los matorrales, y nosotros en el pueblo no estamos acostumbrados a ese tipo de comportamiento".
"Nos han venido a quitar la paz, porque pasan carros a cualquier hora. Dicen que la gente que viene a visitar va a venir a consumir y va a mejorar la economía, pero lo que han hecho es perturbar... A una señora que vende ropa americana ya la extorsionaron, siguieron a las niñas y llegaron al Hogar", lamentó Francisca Velásquez de la Cruz, vecina de La Zarcita.
Otro vecino indicó: "No estamos en contra de las niñas, sino de la forma en que el Estado maneja el centro".
En malas condiciones
"No las estamos discriminando", repitió el alcalde. Quien argumentó que, además del rechazo de los vecinos, la vivienda que habitan las jóvenes "no tiene agua, y no porque no queramos darles, sino porque hasta el lugar en donde están no llega el sistema de distribución que tenemos porque está muy alto. Sé que su agua la obtienen de un pozo", justificó.
Según el jefe edil, la vivienda tampoco cuenta con drenajes, por lo que las aguas hervidas podrían generar problemas al no recibir tratamiento alguno, incluso, dañando el agua del pozo que les distribuye el vital líquido".
Además, "el lugar está incomunicado y sólo pasa un vehículo por la carretera que llega hasta allí, si hubiera un accidente o una emergencia sería muy difícil llegar", justificó Ixpuac.
"No somos malas"
"Solo queremos una oportunidad, que vengan y nos conozcan, no somos malas", dijo una menor que se asomó a un área destapada, en donde Soy502 tomaba fotografías de la fechada de la vivienda.
La joven aseguró: "Las personas no nos quieren porque piensan que somos ladronas, cuando no somos así, somos de la Secretaría de Bienestar Social. El pueblo piensa que somos ladronas, pandilleras, extorsionistas. Este es un pueblo de paz, dice allá, pero si fueran de paz nos aceptarían aquí".
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De acuerdo con la jovencita, han llegado al centro por maltrato, abuso sexual, algunas están allí por ser de pandillas, pero "ya no somos -pandilleras- aquí".
Las menores aseguraron que el hogar es muy bonito, incluso indicaron que reciben cursos de natación, marimba, panadería, deporte y belleza. "Hemos logrado un cambio, estudiamos y tenemos talleres", dijo.
Una de las menores explicó que lo "único" que necesitan es agua, baños, una cocinera y víveres de escuela, como "cuadernos, lápices y esas cosas, porque la maestra los compra con su dinero y a veces son muchas y no alcanza para todas".
"Que venga un grupo de ese pueblo y que nos conozcan, porque no somos lo que ellos creen... nosotras salimos con miedo, porque creo que algo nos van a hacer", lamentó.
Evalúan retirar el centro
Las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social aseguran que se han reunido con líderes de4 San Bartolomé Milpas Altas, quienes les han manifestado la molestia de la población.
Al principio se trató de hacerles entrar en razón, porque las jóvenes han dicho que se encuentran bien en el lugar, sin embargo, ha sido complejo.
Por ello, se evalúa retirar el centro del área y trasladar a las niñas hacia otro lugar, el problema es que se crea un problema más, porque las menores se sienten rechazadas, no solo en el seno de su hogar, sino que también por la misma sociedad.
No es la primera vez
Esta no es la primera vez, después de lo ocurrido ese fatal 8 de marzo, que los menores de centros de Estado han estado en el ojo público.
En abril pasado un grupo de jóvenes se amotinó en un anexo al Hogar Seguro Virgen de la Asunción, el cual estaba ubicado en la zona 15.
Los vecinos protestaron y el centro fue retirado del lugar. Pese a ello, el rechazo y la discriminación es latente a donde los transfieran.
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