"Sé que la mayoría de la población somos cristianos, y el respeto a nuestras autoridades va a hacer la diferencia, porque estamos respetando a nuestro Dios, que es el que pone reyes y quita reyes", manifestó la recién electa presidenta del Congreso, Shirley Rivera.
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Luego que Rivera fuera electa como presidenta del Congreso, manifestó que al momento de respetar a las autoridades, se respeta a Dios, hecho que generó discusión dentro del Legislativo.
La congresista se dedicó a agradecer a sus compañeros por haberla electo y luego a leer un pasaje de la Biblia donde asegura que las personas se tienen que "someter a quienes los gobiernan".
Su interlocución causó rechazo entre los opositores, uno de ellos Orlando Blanco, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien criticó la designación y aseguró que hubo intromisión por parte del Ejecutivo para la elección de la Directiva oficialista. "Eso no es sano, la independencia y autonomía de los poderes reside una de las fortalezas de la República... Y por eso hoy tenemos un Congreso ineficiente resultado de un proceso de negociación espuria", manifestó.
"Yo no voy a enarbolar discursos mesiánicos, porque si algo he aprendido, siendo creyente de Dios, es que a Dios no voy a meter en la política, porque cuando los políticos hablamos de Dios es para manipular. Cada quien le rinde cuentas a Dios, pero es malo que vengamos leyendo una cita bíblica, es una instrumentalización de Dios y eso no es sano", condenó Blanco, quien indicó que no ganó la democracia, sino que una componenda del presidente Alejandro Giammattei, con las candidatas Sandra Torres y Zury Ríos.
Mientras que la diputada de Bienestar con Valores (Bien), Evelyn Morataya, afirmó: "La fortuna se cansa de llevar a las mismas personas a cuestas. El oficialismo cambiará de nombres en la Junta Directiva, pero no la sustancia. En esencia seguirán con las mismas prácticas o quién sabe si peores. Quieren seguir teniendo al Congreso a su sabor y antojo, porque este Gobierno le tiene miedo a la democracia y a la independencia de poderes".
"Aquí lo único que prevalece es la corrupción..., el cinismo, la falta de recato... Nos quieren llevar a una tragedia nacional", señaló.
Para Román Castellanos, del Movimiento Semilla, "este es un golpe más de la alianza oficial, para que nada cambie y todo siga igual. En los últimos dos años han demostrado que son incapaces... Solo actúan a favor de los que buscan enriquecerse a costa de la pobreza de la mayoría de gente".
Castellanos también criticó lo que calificó como "la manipulación de la fe, legítima de las personas, pero es tan anticristiano robarse los recursos públicos, porque la esencia del cristianismo es el amor al prójimo y robarse los recursos no tienen nada de eso".
Petrona Mejía, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), denunció que llegaron con ella a negociar los votos a cambio de dinero y manifestó: "Eso no es de Dios. ¿Cómo vamos a confundir las acciones de robar, de saquear, la impunidad, la corrupción, la exclusión, artimañas, no es de Dios. Aquí solo son negocios".