En Uruguay, una relación "tóxica" que continuaba a escondidas, habría terminado en femicidio.
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En Montevideo, Uruguay, la joven de 17 años, Valentina Cancela, se encontraba desaparecida desde el martes 15 de agosto, y su expareja, Santino Gandini, también de 17 años, confesó el asesinato.
El adolescente llegó encapuchado y con un chaleco antibalas para declarar ante un juez, y la fiscal pedirá la pena máxima para el asesino que, al ser menor de edad, es de 10 años de prisión.
Antes de encontrar el cuerpo, se sabía que el exnovio había sido la última persona que vio a Valentina con vida, ya que las cámaras de seguridad del Ministerio del Interior los habían captado juntos.
Como su hija no aparecía, Liliana Sarmoria intentó comunicarse con ella pero nunca respondió, "Comencé a sentir una presión fuerte en el pecho. Fue la intuición de mamá, sabía que algo andaba mal".
Denuncias previas
La madre de la víctima le contó a los medios uruguayos que la relación entre Valentina y Santino "inició como un amorío de adolescentes", pero que con el paso del tiempo se había "vuelto violenta".
La familia de Valentina denunció a Santino por maltrato físico y por agresiones verbales en febrero de 2023, ya que Valentina le había confesado a sus compañeros que la relación era "tóxica".
A pesar de la denuncia en febrero, la madre de Valentina afirmó que los adolescentes se seguían viendo a escondidas; pero el joven le volvió a pegar y la familia presentó una nueva denuncia.
Cuando se informó a los medios que efectivamente Valentina estaba sin vida, su madre, le gritó a la policía que si hubieran hecho algo a partir de las denuncias, "este no hubiera sido el desenlace".
Gustavo Opizzo, subdirector del colegio al que asistía Valentina, declaró que "Honestamente, la institución está muy afectada, el sentimiento que tenemos es de angustia, estamos totalmente quebrados".