Parece que la serie de Los Simpson han pronosticado muchas de las situaciones que se han dado a lo largo de este 2016, entre ellas, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Una prueba más de esta capacidad de adelantarse a los tiempos se refleja en el reciente foco puesto en los juguetes inteligentes, en su mayoría conectados a Internet.
- SUS PROFECÍAS...
Estas son las profecías de Los Simpson que pueden cumplirse en 2017 https://t.co/KRf34ozD1F pic.twitter.com/16gFDnLn5V
Estos artefactos están bajo la lupa por supuesta violación de la privacidad de millones de niños que se habrían convertido en conejillos de India de un fabricante de muñecos inteligentes chino, acusado por grupos de defensa del consumidor de recolectar datos sin el consentimiento de sus usuarios o adultos a cargo.
En 1999, Los Simpsons se hacían eco de la llegada de los revolucionarios muñecos Furby, que llegaron a Estados Unidos con bombos y platillos convertidos en los primeros de su tipo en poder relacionarse de manera interactiva con sus pequeños propietarios, iniciando una fiebre por los juguetes de dichas características.
Según reportes del Wall Street Journal, el fabricante Genesis Toys con base en Hong Kong, está siendo investigado por la Justicia estadounidense y la Unión Europea luego de presentarse denuncias que comprometían a sus modelos My Friend Cayla e I-Que Intelligent Robot en un esquema ilegal que involucraría la recolección ilegal de datos personales de los niños que mantienen "conversaciones" a diario con ellos.
Una coalición encabezada por la Campaña por una Niñez no Comercial presentó varias denuncias vinculadas a la protección de datos, protección al consumidor y regulaciones de seguridad en países europeos como Francia, Holanda, Bélgica, Irlanda y Noruega.
Los padres que compraron estos juguetes aseguran sentirse defraudados y exigen tener conocimiento desde el primer momento sobre prácticas de recolección de datos, lo que aseguran es un derecho, sobre todo teniendo en cuenta que involucra a menores de edad indefensos.
Según el reporte, el fabricante denunciado no cuenta con la autorización de los usuarios de sus productos para recolectar información de las grabaciones de voz de los niños mientras interactúan con los juguetes.
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Al parecer, estos archivos de audio son enviados a terceros, entre los que se encuentra una compañía que diseña software de reconocimiento de voz que habría utilizado la información obtenida para ser capitalizada por otros productos con fines de lucro.
*Tomado de Infobae
