Un incidente provocado por una turista inglesa desató la polémica en Tenerife, España desde el fin de semana, luego que la mujer violara las restricciones por la propagación del coronavirus en ese territorio.
La mujer que está hospedada en un hotel de Tenerife, se metió a la piscina clausurada para refrescarse, ya que ella es parte de las personas que están en cuarentena dentro del hotel.
Al lugar llegaron dos agentes de la Policía local para persuadir a la mujer para que salga de la piscina, mientras otras personas observan el suceso, que también le piden salirse del agua.
Uno de los agentes decide quitarse la ropa, se lanza al agua y lleva a la mujer hacia la orilla para ser extraída y esposada por el otro policía. El video se ha difundido rápidamente y en Inglaterra se ha generado una discusión, pues muchos consideran que los elementos actuaron con brutalidad.
El periódico 20 Minutos destaca que los policías pueden recurrir al artículo 36.6 de la ley mordaza, una norma que regula las infracciones graves, con multas de entre 601 y 30,000 euros, y en su punto sexto contempla sanciones por: "la desobediencia o la resistencia a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones, cuando no sean constitutivas de delito, así como la negativa a identificarse a requerimiento de la autoridad o de sus agentes o la alegación de datos falsos o inexactos en los procesos de identificación".
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