El papa Francisco aprobó la canonización del monseñor salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado en 1980 mientras oficiaba una misa en la ciudad de San Salvador, El Salvador.
La fecha para la canonización del nuevo santo aún no ha sido definida pero según fuentes cercanas, se barajan varias posibilidades. Entre ellas, que realice en enero de 2019 durante la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Panamá, a la que tiene programado asistir el máximo jerarca de la iglesia católica.
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No se descarta que "San Romero de América", como lo han llamado en su país natal, sea proclamado santo en El Salvador durante una eventual visita del Papa, la que hasta ahora no ha sido anunciada.
La idea de celebrar la ceremonia en el Vaticano divide a los latinoamericanos que recuerdan las acusaciones y amenazas que padeció Romero por parte de los sectores más conservadores de la curia romana.
El futuro santo salvadoreño será venerado en los altares como un símbolo de la justicia social, un ejemplo para los católicos del mundo y un llamado para comprometerse contra las injusticias.
Monseñor Vincenzo Paglia, quien postuló la causa de canonización de Romero, indicó que: "Había que esperar un papa latinoamericano para que Romero fuera canonizado" y que "Los que quisieron callar a Romero no lo lograron y hoy él habla al mundo entero".
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Beatificado en mayo de 2015, Romero fue un defensor de los pobres, en particular de los campesinos expulsados de sus tierras. Su asesinato el 24 de marzo de 1980 marcó el comienzo de una dolorosa guerra civil en El Salvador, la cual duró hasta 1992, dejando 75 mil muertos y al menos 7 mil desaparecidos.
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Para llegar a ser santo hay que haber realizado dos milagros, uno para la beatificación (salvo que sea mártir como Romero) y otro para la canonización y según fuentes religiosas, el milagro atribuído al salvadoreño es la curación de un cáncer irreversible de la señora Cecilia Maribel Flores.
*Con información de AFP
