Derrumbes, inundaciones, investigaciones judiciales y hasta capturas, son algunos de los problemas que han afectado al Libramiento de Chimaltenango, el cual fue calificado por el Gobierno constructor, el de Jimmy Morales, como una megaobra.
La situación ha sido complicada para los usuarios del Libramiento, quienes han evidenciado con videos las deficiencias de la obra. Pero las quejas hasta ahora solo muestran la superficie: detrás del proyecto hay reclamos más complejos y aún desatendidos de los pobladores, quienes denuncian que el nuevo trazo carretero ha afectado siembras e incluso algunos nacimientos de agua de Chimaltenango.
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En las últimas tres semanas, una enorme poza ha llamado la atención de los usuarios del Libramiento. Casi 150 metros de agua han limitado el tránsito de vehículos en el kilómetro 58 de la carretera. Los pilotos se ven obligados a bajar la velocidad, algunos de manera abrupta, lo cual genera riesgos de accidentes.
De acuerdo con la empresa Constructora Nacional, S.A. (Conasa), que edificó el proyecto, la inundación de esa parte de la obra se debe a un “sabotaje”: acusan a pobladores del lugar de colocar un "tapón" en el sistema de drenajes con el propósito de obstaculizar el desfogue de las aguas pluviales.
Soy502 hizo un recorrido en el lugar y constató que en efecto, uno de los desagües principales está sellado con piedras y cemento, lo cual impide el paso del agua y ha provocado la inundación que obstruye el tránsito de la "mega obra" desde hace más de tres semanas.
Los agricultores del área explican que existe una razón para ello. Los drenajes de esa área del Libramiento van a dar a una finca privada donde varios campesinos arriendan terreno para sembrar milpa. Debido a la ubicación del desfogue, sostienen en la comunidad, las plantaciones se han visto dañadas por el agua. Aunque abrieron zanjas y colocaron barricadas para evitar los daños, cuando la lluvia es fuerte, nada logra contener que destruya la siembra.
“Responsabilidad del Estado”
Sin embargo, la directiva de Conasa, Marlyn Calderón, explica que el problema no es nuevo y se evidenció con la construcción de la carretera. Afirma que el problema “se escapa de sus manos”, debido a que el proyecto es estatal y la empresa no puede intervenir a menos que se lo requiera la Dirección General de Caminos.
Según Calderón, ya presentaron ante las autoridades del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (Civ) tres propuestas de posibles soluciones: todas requieren adquirir una franja de tierra para el derecho de vía y así colocar una tubería. Se creó una mesa técnica, pero al final desconoce cuál fue el resultado.
“La solución implica un proyecto adicional y nosotros no podemos intervenir en un área que es del Estado, sin autorización del Estado, porque estaríamos cometiendo un delito. Así de estricta es la norma y el protocolo”, detalló.
Mientras, por el Libramiento transitan más de 50 mil vehículos diarios a una velocidad aproximada de 100 kilómetros por hora. Algunos conductores que no conocen el camino se ven forzados a frenar de manera repentina cuando se percatan de la poza de 150 metros.
Geovany Mayorga, quien tiene una venta de alimentos frente al lugar del problema, asegura que la poza ha generado problemas para los usuarios, ya que algunos automovilistas desconocen su existencia y frenan hasta que ven el agua. “Hay momentos que uno piensa que habrá un accidente”, dijo
Falta de planificación
Para el alcalde de Chimaltenango, Carlos Simaj, el problema se debe a la mala planificación de la carretera. El funcionario indica que ésta ha perjudicado a decenas de familias que viven o poseen tierras en lugares aledaños y están cansadas de ver sus plantaciones dañadas o destruidas.
“No tiene nada que ver con un sabotaje", dice Simaj. "La gente sí está harta de que el agua pluvial destruya las pocas cosechas que se han podido hacer, sí es cierto. De plano tiene que haber un enojo, una molestia. La gente se está defendiendo por su cuenta”.
Además, indicó: “Esa gente no logró encausar el agua de lluvia. Allí hay deficiencia en planificación y de plano con la poca inversión que le hicieron, no lograron dirigir el agua de lluvia. Deberían haber hecho una tubería pluvial, llegar a una ruta para quitarle la velocidad y no afectar todo el sembradillo que dejaron tierra abajo”.
Por su parte, Conasa argumenta que los planos de la carretera fueron elaborados por el Ministerio de Comunicaciones y ellos se limitaron a ejecutarlos y construir la obra.
El daño silencioso
Hasta el momento la población ha podido observar los derrumbes y pozas de agua que se forman en el Libramiento de Chimaltenango, los cuales motivaron ya una investigación del Ministerio Público. Pero hay un reclamo adicional: los perjuicios ocasionados al Parque Los Aposentos, así como al bosque y los nacimientos de agua del área.
El alcalde de Chimaltenango explicó que hay desfogues de agua pluvial de la carretera colocados justo sobre Los Aposentos. Cuando la lluvia es copiosa, informa el jefe edil, se crean “grandes cataratas similares a la de Panajachel”.
Soy502 realizó un recorrido desde el parque Los Aposentos hasta el Libramiento de Chimaltenango y confirmó que sobre el parque hay dos drenajes pluviales que desembocan en el bosque del balneario. Ahí va a dar el agua de lluvia y la basura que arrastra con ella.
Andrés Morales, encargado del Departamento de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Chimaltenango, estima que en invierno pueden caen cerca de 20 litros de agua por segundo. A largo plazo, indica, ello podría generar derrumbes sobre Los Aposentos y daños considerables a los cerca de 15 nacimientos de agua que alimentan al casco urbano de ese municipio.
“Si esto no se arregla provocará derrumbes, pérdida de la fertilidad y degradación del suelo, y principalmente, la pérdida de biodiversidad en algunos sectores”, lamentó.
Todo ello sin olvidar la contaminación de los nacimientos de agua, por las correntadas de basura que los usuarios del Libramiento y algunos vecinos arrojan sobre la cinta asfáltica.
Sin soluciones
Morales explicó que hace un año las autoridades de Conasa se comprometieron a buscar una solución y les ofrecieron rediseñar partes de la obra para no afectarlos.
“Se comenzaron a gestionar los avales con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), pero después se perdió el contacto con los directivos de la empresa. De eso hace un año, ya no hubo más comunicación”, dijo.
Para Conasa, el problema de Los Aposentos no se originó por la carretera. Calderón aseguró que la caída de agua ya existía y las autoridades de Chimaltenango y los líderes comunitarios ya sabían del problema.
La ejecutiva añadió que desde 2018 se han entregado tres indemnizaciones a la población por la construcción de la carretera. “Algunos no pidieron dinero, sino que querían la cantidad que perdieron de sus cosechas”, dijo.
“Lo que sucede es que en arca abierta, hasta el justo peca, diría mi madre. En el kilómetro 58 cuando estuvimos trabajando se les indemnizó en tres oportunidades. Eso sucedió en el 2018 y en el 2019 y no está lejos, me atrevería yo a hablar por la experiencia, aunque no tengo la evidencia, que eso es lo que quieren, que se les indemnice nuevamente”, manifestó Calderón.
Un nuevo problema
Por si fuera poco, además de las dificultades originadas a los terrenos aledaños al Libramiento, ahora decenas de personas se han apostado en las orillas de la carretera para vender, principalmente, alimentos, pese a que esa era uno de los principales objetivos del nuevo tramo: evitar los atascos generados por los comercios que ocurren en la ruta Interamericana.
Las ventas inician desde el kilómetro 53 hasta el 58. Algunos de los vendedores tratan de atraer clientes colocándose a la orilla de la cinta asfáltica con banderas de diferentes colores.
Según los mismos vendedores, han llegado personeros de la Dirección General de Protección y Seguridad Vial (Provial) para persuadirlos de que se movilicen, pero indicaron que no lo harán hasta que abran el parque Los Aposentos, porque no tienen otra fuente de ingresos para mantener a su familia.
Soy502 buscó en repetidas oportunidades una opinión de las autoridades del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, pero al cierre de esta nota, no se pronunciaron, pese a que manifestaron que tenían intenciones de hacerlo.
- Mira aquí el video con el reportaje completo e imágenes exclusivas:
La mega obra
El Libramiento de Chimaltenango fue considerado como una "Mega Obra" por las autoridades del gobierno pasado. Incluso, el exministro de Comunicaciones, Luis Benito, comparó a Jimmy Morales con el expresidente Jorge Ubico por la construcción.
Al principio, la obra tendría un costo de 312 millones de quetzales, pero después de varias ampliaciones con Conasa y contratos con otras empresas, se calcula que el proyecto tuvo un costo final de 544 millones de quetzales, pese a que las autoridades anteriores indicaron que fue de 478 millones.
A un mes de haber sido inaugurada, la obra comenzó a demostrar serios problemas de construcción. La inundaciones y los derrumbes no han cesado, lo que originó una investigación judicial por parte del Ministerio Público.
En julio pasado, el MP ejecutó 26 órdenes de captura por el caso del Libramiento y realizó 31 allanamientos. El titular de la Fiscalía contra la Corrupción, Stuardo Campo, ha señalado que su investigación apunta a que la obra se vio afectada por ilegalidades, sobrevaloración y deficiencias en los cambios realizados al trazo original.
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