Juan Carlos Pérez luchó por su sueño y lo cumplió. Luego de una larga carrera como mercadólogo en Guatemala, hizo maletas para luchar por su verdadera pasión: el diseño de accesorios.
Sin pensarlo dos veces, tomó sus ahorros y viajó a Italia para estudiar en el Instituto Marangoni en Milán, y luego en el International Institute of Fashion Design & Marketing Polimoda en Florencia, donde reside actualmente.
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Su talento le valió rápidamente un interinato en marcas reconocidas, como "Navyboot", "Tod's" y "Etienne Aigner".
Pronto llegó a la histórica y tradicional firma italiana "Gherardini", a la que el guatemalteco dio frescura y dinamismo, con toques actuales, para una nueva y exigente generación de mujeres.
Conversamos con este #orgullo502, para que compartiera un poco con nosotros, acerca de sus inicios y vida como director creativo en el competitivo mundo de la moda europea:
- ¿Cómo tomó la decisión de mudarse a Italia?
Desde niño tuve pasión por diseñar. Tengo cuadernos desde mis 6 años con diseños de vestidos y zapatos... lo traía en la sangre. En Guatemala traté de encontrar una carrera creativa, ya que no había una escuela de moda especializada en los años 90, por ello me lancé a estudiar publicidad y mercadeo; trabajé varios años en esto, específicamente en la Kodak.
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Llegó un momento en el que tenía que elegir entre seguir así, o hacer realidad mis sueños. No tenía nada que perder; si no resultaba como esperaba, regresaría a mi país, y si funcionaba, ¡qué bueno!; busqué escuelas en Italia, ya que es la cuna de la moda. Así me inscribí en “Marangoni", tomé mis ahorros y realicé un curso de diseño de moda; posteriormente me especialicé en accesorios.
Más tarde me mudé a Florencia e ingresé a "Polimoda", a un curso de diseño de calzado; surgió la posibilidad de hacer un interinato en "Tod's", una de mis marcas favoritas. Les gustó lo que hacía y cómo trabajaba, así que me ofrecieron un contrato para diseñar la línea de billeteras y de hombre.
- Luego de tomar esta decisión, ¿se había preparado con el idioma?
Hice un par de meses en la Sociedad Dante Alighieri de Guatemala, para entrar con una base. Luego hice un curso en Milán, ¡me lancé!. Hablo italiano 24/7 y eso me ayudó, aunque a veces se me cruzan las palabras (risas).
- ¿Desde que año comenzó a diseñar en Tod's?
En el 2002. Pronto me dieron la posibilidad de diseñar bolsos de mujer; cerca de 2005 me hicieron una oferta para trabajar en la firma alemana "Etinne Aigner", cuya sede de producción y diseño se encuentra en Florencia. Entré como asistente, diseñador junior y, posteriormente, llegué a ser el diseñador de toda la colección de accesorios.
- ¿Es difícil para un latinoamericano llegar a un puesto tan importante en el diseño global?
Cuando se tiene convicción de lo que se quiere en la vida las cosas se van logrando. Me propuse llegar lejos, trabajando duro y esforzándome. En el camino conocí a muchas personas que probaron esto junto a mí y al final tuvieron que regresar a su país, debo dar gracias a Dios y al destino por esto; ha sido un gran sacrificio, ya que tuve que dejar todo para llegar aquí.
- ¿Cómo surge la oportunidad de ser director de Gherardini?
Trabajé un año y medio para una empresa suiza llamada "Nabyboot", tratando de refrescarla y creándole un nuevo concepto. Hice un interinato por un año y medio, la marca no era muy conocida en Italia. En ese proceso me llamaron de "Gherardini" para entrar como "head designer" (jefe de diseño); esto significa que estaría junto al director creativo, así, poco a poco, llegué a la dirección creativa.
- ¿Cómo está posicionada la marca en Italia?
La empresa está cumpliendo 130 años, es la más antigua de accesorios en Italia. Está posicionada también en Asia; uno de nuestros principales mercados es Japón, donde viajo muy seguido. Ahí están mis clientes principales y debo actualizarme constantemente en sus gustos.
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- ¿A partir de qué momento las creaciones irán con su sello, como director creativo?
Tengo cuatro años de trabajar en la empresa, así que todo el diseño es mío desde ese tiempo. Desde enero de 2015 me encargo de marcar y dirigir las tendencias en color y forma de la marca, además de la publicidad e imagen, esto incluye una parte de marketing y relaciones públicas. Esta es la parte en la que estoy entrando a partir de ahora.
- Cuando sus compañeros y amigos se enteran que es guatemalteco, ¿cuál es su impresión?
Primero piensan que soy de España, por hablar castellano. Cuando digo que soy de Guatemala, todo el mundo queda fascinado, aparte de ser un país pequeño, no es muy conocido, tampoco hay muchos guatemaltecos aquí, así que la primera pregunta es ¿cómo llegaste a Italia? Luego, ¿cuál es tu historia? Todos quedan sorprendidos.
- ¿Habrá alguna oportunidad de adaptar influencias guatemaltecas a sus diseños?
¡Siempre lo hago! En un país como Guatemala el color y los tejidos típicos sobresalen, aquí no existe esa intensidad, eso me ha ayudado en muchas combinaciones en Gherardini; para otoño-invierno y primavera-verano he propuesto tonos distintos, esto se me facilita viniendo de donde soy y me lo han comentado, les fascina la variedad que propongo.
- ¿Habrá alguna oportunidad de que la marca llegue a Guatemala?
Ya se está abriendo en México, imagino que poco a poco ingresará a Latinoamérica.
- ¿Cuántos años tenía cuando decidió irse?
Le puedo decir que ya no era un “raggazzino” como dicen aquí (risas), ya tenía cierta madurez, fue un shock empezar de nuevo. Era un riesgo que estaba tomando pero no quería que llegara un momento de mi vida de mirar atrás y decir "no lo intenté", era peor no haberlo probado, ha sido la determinación y el deseo mi mayor ayuda.
A pesar de los problemas, no ha habido un solo día en que me haya arrepentido de tomar esta decisión. Mi familia, amigos, todo está en Guatemala y los extraño. Ahora vivo en Italia con el "Domo de Florencia" frente a mi ventana y siempre que paso delante de este paisaje “no me la creo”.
- ¿Cómo cerraría esta lección de éxito?
Lo más importante es creer en lo que se hace y probarlo. Es una combinación de determinación, deseo y convicción. Todavía me queda un camino grande y quisiera crecer aún más; esto confirma que lo que estoy haciendo es lo correcto.
