El hombre estuvo al borde de la muerte y narró las desgarradoras escenas que vivió y presenció en el hospital.
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El estadounidense Ben Anderson llevaba una vida sana y de familia, no estaba particularmente contra las vacunas pero no había tenido tiempo para aplicarse la vacuna contra el Covid-19
Entonces se enfermó y como consecuencia enfermó a su familia.
"Vacúnate por quienes te rodean", dijo el estadounidense no vacunado que infectó de Covid-19 a sus siete hijos, de entre tres y 18 años de edad.
Anderson se contagió del virus cuando asistió a una reunión el 27 de junio pasado y poco después empezó a sentirse mal, tos y una sensación de niebla mental fueron los primeros síntomas.
El hombre de 42 años contrajo Covid-19 y aunque se aisló en su habitación por dos semanas, contagió a sus siete hijos.
La única que no enfermo fue su esposa que ya estaba vacunada.
“Yo advertiría a cualquiera que esté considerando o esté indeciso sobre si debe recibir la vacuna o si debe usar una máscara, que debe hacerlo, no por ellos mismos, sino por quienes los rodean”, dijo Anderson citado por Newsweek. “Me enfermé y casi muero. Estaba sano y activo y esto simplemente vino y me puso de rodillas de una manera que no esperábamos”, agregó.
Recayó de gravedad
A los pocos días de dar positivo a la enfermedad, Anderson fue ingresado a la unidad de cuidados intensivos del Research Medical Center en Kansas City, donde para su buena suerte se desocupó una cama.
Estuvo inconsciente durante 20 días conectado a un ventilador. Mientras tanto, en casa, su esposa atendía a todos sus hijos enfermos. Ella se inmunizó, pero él “simplemente nunca había tenido tiempo” de aplicarse alguna de las vacunas disponibles.
“Estas enfermeras, los médicos, están abrumados. Están haciendo lo mejor que pueden, pero las salas de emergencia están tan ocupadas con los pacientes de COVID que ni siquiera pueden detenerse para limpiar el vómito de un paciente antes de que reciban un código azul y tengan que correr porque alguien se está muriendo“, dijo Anderson desde su cama de hospital.
“Claramente, la vacuna es una forma de mantenernos a salvo. Este agujero en mi cuello, la cicatriz, siempre estará ahí para recordarme el milagro“, aseguró Anderson que fue dado de alta del hospital a principios de esta semana. “A veces, los milagros vienen en forma de avances científicos”, como las vacunas, agregó.