Si algo ha dejado este septiembre son pequeños y potentes gestos de dignidad e indignación ciudadana. Es el mes que Jimmy llenó de militares las calles para asustarnos, para provocarnos. Nos declaró, a los ciudadanos, sus enemigos.
La fuerza de la expresión ¡por la gran patria! tiene por origen el sonido tan parecido a otra afortunada frase de desahogo, pero también tiene su propio fuego, su filosofía digamos.
La gran patria es en realidad algo pequeño, algo cercano, íntimo. Ese lugar al que pertenecemos, donde nos sentimos parte, nuestra comunidad. La pancarta que sostenía un grupo de estudiantes en Quetzaltenango generó más reflexión y conciencia cívica que 30 meses de jura de la bandera.
Es paradójico: la ciudadanía ha ido interiorizando el pensamiento crítico y uniendo sus luchas en el gobierno más militarizado y mediocre de la democracia guatemalteca, o muy probablemente de la historia del país.
Se reprodujeron las pancartas, se les vio por varios pueblos del país. Autoridades ancestrales, estudiantes, ciudadanos comunes y corrientes como casi todo ciudadano, las cargaron o las vimos, nos sentimos todos en esas pancartas en medio de los desfiles.
Fueron miles la expresiones de admiración de ciudadanos que encontraban en un convite de bailarines la representación de su indignación. Ese video donde un grupo de danzantes salen bailando la cumbia que cantan juntos Los internacionales Conejos y Malacates “Todo se pagará”. Se escucha la canción y uno se queda tarareándola y bailándola en el corazón, viendo con rabia los noticieros, las redes sociales. “Todo se pagará”, repetimos.
Jimmy Morales hizo una alianza espuria con una élite militar de lo más deplorable, con un empresariado mezquino que prefiere ver para otro lado con tal de mantener sus intereses y con algunos pequeños representantes de otros sectores que se ven afectados por la lucha contra la corrupción. Pero el pueblo, señores corruptos, “la gente” no somos sus aliados, está indignada “la gente”, las abuelas sí dicen con rabia frente a la televisión o junto al radio: ¡por la gran patria!
Esas mantas, esas canciones, esos memes, ese largo listado de gestos de molestia se han ido acumulando del lado de la Guatemala popular, la de a pie, la de millones de guatemaltecas y guatemaltecos que nos quedamos sin educación, sin salud, sin carreteras, con la vida siempre colgando de un hilo porque un grupito de corruptos mentirosos y ladrones nos quieren joder, y no, “todo se pagará” señores políticos, empresarios y militares, esta factura se las va a pasar la historia, y nosotros también.
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