Ha pasado la Navidad y con ello los regalos han sido desempacados y ahora hay que empacar los pagos mensuales para saldar las deudas que llevaron una alegría temporal en el arbolito.
John Maxwell, autor bestseller en crecimiento personal, dice: "La experiencia por sí sola no es un buen maestro, pero la experiencia evaluada sí lo es".
Si esta Navidad te agarró por sorpresa y terminaste gastando de más y endeudándote como juraste que no lo harías, es tiempo de comenzar a prepararte para la Navidad del 2018.
Aquí 4 ideas para comenzar:
1. Suma y divide
¿Sabes cuánto dinero gastaste en esta celebración y en regalos este año? Si eres como la mayoría de personas que respira, tienes un dato mental pero no uno cabal.
Suma todos y cada uno de los gastos en los que incurriste en esta Navidad incluyendo regalos, comida y salidas extraordinarias. El resultado de la suma divídelo entre doce y allí tienes la cantidad aproximada que hay que agregar a tu presupuesto mensual a partir de enero 2018.
Este ejercicio aplica para todas las celebraciones que parecen agarrarnos por sorpresa: el Día de la Madre siempre es en mayo, el del padre en junio, San Valentín en febrero, etc.
2. Cuestiona el impacto de de tus regalos
Un regalo de esos que compras por salir del paso rara vez mejora la vida del receptor. Lo abren y en cuestión de segundos pierde relevancia.
Si en esta Navidad regalaste este tipo de regalitos, invierte más tiempo en conocer los intereses y deseos de los receptores para que con anticipación puedas atinarle a sus deseos.
Ojo que dar con intencionalidad no necesariamente significa gastar más: usualmente gastas menos y mejor el dinero que tanto te cuesta ganar cada mes…
3. Deja de querer ser Santa Claus
Si este año gastaste en regalos y celebración más de lo que ahorraste en tu cuenta, es tiempo de dejar el Síndrome de Santa Claus y adoptar un poco del Grinch.
A largo plazo tu no puedes continuar descuidando tu bienestar financiero por estar dándole cosas a todo mundo.
Como dicen en los aviones en caso de una emergencia: primero te pones la máscara de oxígeno tú antes de ayudar a otros. Con el dinero no es diferente…
4. Comienza un cuchubal de ahorro navideño
Este ejercicio consiste en decidir con familiares, pareja o amigos que están cansados de no tener ni un len ahorrado.
Cada uno comienza depositar todo el dinero que logren dejar de desperdiciar durante el 2018 en “gastos hormiga.”
Luego, para la siguiente Navidad todos llevan su tecolote, cuenta de ahorro o recipiente de jalea donde está el dinero y el que más tenga se queda con el de todos.
Todos ganan porque si te llevas el botín duplicaste o triplicaste tu ahorro y si en caso no, igual transformaste tus hábitos para poder juntar ese pequeño ahorro.
El desarrollo de un hábito positivo es un gran regalo de Navidad.
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