Este dicho lo hemos escuchado por doquier. Sin embargo, una decisión tan importante merece considerar todos los ángulos.
Por esta razón, quiero presentar aquí el material de Alex Avery, The Wealthy Renter, que usa el mercado inmobiliario canadiense para proporcionar argumentos universales que validen una decisión informada.
1. Una casa NUNCA se aprecia
La casa se desgasta y con el tiempo pierde valor. Para mantenerla tienes que meterle dinero que rara vez recuperas. Esto va en contra de la idea de inversión.
Si entiendes que lo que más vale es la tierra, olvídate de tomar la decisión basado en cómo se ve la cocina o los baños (lo que más vende casas) y considera la ubicación de la tierra.
Ese es el único bien escaso que con el tiempo se aprecia.
2. Una hipoteca NO es igual a una renta
El autor se refiere a esto como el culto de “si pago lo mismo en renta que podría pagar en hipoteca, ¿por qué no?”
Un culto por definición sostiene una creencia sin mucho soporte lógico e información objetiva.
Cuando alguien sugiere que por el pago de la renta puede pagar una hipoteca está olvidando los siguientes costos agregados: impuestos de propiedad, seguro y mantenimiento, gastos de cierre y enganche.
3. La plusvalía tiene más costos
¿Has escuchado a personas decir, “compré la casa en 100 mil dólares y ahora cuesta 150 mil?” Imaginas que en 10 años se ha apreciado un 50%... Suena atractivo ¿no?
Sin embargo, ¿has escuchado a alguien decir, “compré la casa en 100 mil dólares y ahora cuesta 150 mil pero en los últimos diez años he pagado casi un 30% en intereses (asumiendo una increíble tasa del 3% anual que en Guate solo es un sueño), casi un 50% en reparaciones y mantenimiento (al 4-9% recomendado anual) y casi el 10% en impuestos”?
¡Esto significa que la plusvalía es prácticamente nula! Avery nos dice: “como inversión, las casas tienen un dividendo negativo y se llama mantenimiento, impuestos e intereses.”
¿Hay excepciones? Sí, pero son la minoría.
4. No pongas todos los huevos en una canasta
Debido a que la gran mayoría personas no tiene ahorros e inversiones, la casa termina siendo su mayor inversión.
¿Y no se suponía que no debíamos poner toda la riqueza en un solo lugar?
5. Una hipoteca te hace temer el riesgo
Según el autor, cuando firmas una hipoteca tiendes a no expresar tu desacuerdo con tu jefe y colegas y te arriesgas menos a innovar.
Sabes que no puedes aguantar el desempleo o una reducción de salario porque llevas un ancla pesada. Si alquilaras, con facilidad podrías moverte a un lugar más barato, especialmente en tus años de juventud e inicio profesional.
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