The New York Times fue el único medio que pudo confirmar, mediante sus fuentes, cuál fue la supuesta reacción que habría provocado la pausa en las pruebas de Fase 3 de la vacuna experimental contra el Covid-19 que desarrollan en conjunto la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, y es lo que se conoce como mielitis transversa.
Hasta el momento, ni la empresa ni la casa de altos estudios han reconocido públicamente que se trata de esa enfermedad, pero tampoco lo han negado pese a las consultas. Además, no es seguro que la aparición de ese mal en uno de los 30 mil voluntarios sea consecuencia de haber recibido la dosis experimental.
Qué es la enfermedad
La mielitis transversa es una extraña enfermedad neuronal que ataca la médula espinal. De acuerdo con la definición de la Clínica Mayo de los Estados Unidos, "a menudo daña el material aislante que cubre las fibras de las células nerviosos (mielina)" e “interrumpe los mensajes que los nervios de la médula espinal envían a todo el cuerpo.
Esto puede causar dolor, debilidad muscular, parálisis, problemas sensoriales o disfunción de la vejiga y del intestino”.
El tratamiento se basa en el suministro de medicamentos y terapia de rehabilitación. La mayoría de los pacientes se recuperan al menos parcialmente. Sin embargo, si la persona sufrió un ataque severo, “a veces quedan con discapacidades significativas”.
AstraZeneca anunció el martes que había colocado en pausa los ensayos mundiales de su vacuna experimental contra el coronavirus, incluidos grandes estudios correspondientes a la fase final, debido a una enfermedad sin explicación en un participante del estudio.
La vacuna, desarrollada con la Universidad de Oxford, ha sido descrita por la Organización Mundial de la Salud como, probablemente, la principal candidata del mundo y la más avanzada en términos de desarrollo.
La suspensión oscurece las perspectivas de un despliegue temprano, después de que medios de comunicación indicaran que Estados Unidos aspiraba a una aprobación por la vía rápida antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
La farmacéutica británica dijo que había puesto voluntariamente en pausa los ensayos para permitir que un comité independiente examinara los datos de seguridad, y que estaba trabajando para acelerar la revisión a fin de minimizar cualquier posible impacto en el calendario de ensayos. Sin embargo, intentaron llevar calma: “Esta es una acción rutinaria que tiene que ocurrir siempre que haya una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos”, dijo la compañía en un comunicado enviado por correo electrónico.
La interrupción de los ensayos clínicos de la vacuna contra el Covid-19 que desarrolla la Universidad de Oxford no supone un revés y no es la primera vez que esto pasa, afirmó este miércoles el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock.
En unas declaraciones a la cadena SkyNews, Hancock admitió que esta interrupción es “obviamente un desafío para esta particular vacuna. En realidad no es la primera vez que esto le ha pasado a la vacuna de Oxford, y es un proceso normal en los ensayos clínicos”.
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