Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha decidido finalizar uno de los programas migratorios que inició Barack Obama y que daba un respiro migratorio a una comunidad de jóvenes identificados como dreamers.
La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, más conocida como DACA, servía a más de 800 mil migrantes que llegaron al país cuando eran menores de edad y que ahora son universitarios o profesionales.
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No obstante, esta decisión de la Casa Blanca trunca todos esos sueños y crea un ambiente de incertidumbre como el que compartieron estos migrantes beneficiarios del programa.
La historia de Eli Ernesto Chávez
"Decidimos emigrar a Estados Unidos hace 20 años desde Nueva Concepción, en Escuintla, hasta Atlanta. Migramos por la falta de oportunidades y por la violencia que había en el municipio. Con nosotros viajaba nuestro hijo Eli Ernesto de 8 meses.
Llegamos a Atlanta, aquí nos instalamos y seguimos formando a nuestra familia con dos hijos más. Ahora uno tiene 17 años y otro 12, ambos con la ciudadanía.
En el caso de Eli Ernesto, él es beneficiario del programa DACA, casi no maneja el idioma español y el único país que reconoce como el suyo es Estados Unidos, pues no conoce Guatemala. Él no es responsable de que nosotros hayamos migrado.
A sus 20 años, cursa el tercer año de Medicina en la Union College de Kentucky. El programa DACA le ha permitido obtener una beca en soccer y tener una tarifa anual como ciudadano, si no hubiéramos tenido que pagar el triple por su matrícula como extranjero. Como el presidente Trump ha dado dos años de margen, le dará tiempo a terminar sus estudios. Pero, ¿qué pasará después? Nuestros países no están capacitados ni tienen programas para atender a este grupo de jóvenes.
Nos esperábamos que algo así podía suceder, pero ya hemos estado alentando a Eli Ernesto, le estamos dando ánimo para que no se desmoralice. Los sueños no se terminan, los sueños siguen. Incluso él siempre dice que si en algún momento le llama la selección de Guatemala está dispuesto a jugar con su país.
Cobardemente, Donald Trump nos mintió, ahora esperamos que el Congreso actúe, si no los efectos serán devastadores".
*Testimonio de Lito Chávez, padre de Eli Ernesto.
La historia de Alejandra Pérez
"Llegué a Estados Unidos en 2006 con una visa de turista con mi mamá y mi hermano menor. Tenía 12 años y migrábamos por razones financieras, por algunas deudas que teníamos en mi familia, porque el dólar tenía más valor que el quetzal. El plan fue por un año y nos quedamos con mi tío en Los Ángeles, pero tres años después nos movimos hasta Seattle.
Mi hermano y yo éramos elegibles para el programa DACA y en 2013 nos aprobaron. Con este programa he podido tener permiso de trabajo y en julio de 2016 me gradué en Sociología en una universidad de Washington. También me permitió tener un seguro social con el que he podido optar a créditos para comprar un carro o una casa.
Al enterarme de la decisión de Trump mi reacción ha sido de enojo y de confusión. No nos dijeron qué era lo que estaba pasando y cómo nos va a afectar, estamos en riesgo de perder el trabajo y si ahora las autoridades de migración tendrán los datos personales de estos beneficiarios también estamos en riesgo de deportación.
Nuestra meta ahora es trabajar con la comunidad indocumentada. Yo personalmente no tengo miedo, pero tengo gente cercana que sí. Nuestra meta es hacer foro para que la comunidad conozca sus derechos, las posibilidades que tienen para vencer estos miedos".
*Alejandra Pérez, tiene 23 años y trabaja en una ONG dedicada a la educación.
Solidaridad entre migrantes
“Yo no fui beneficiada con el programa DACA, pero un año antes de graduarme de la secundaria fui voluntaria en mi escuela para ayudar a crear el primer grupo de dreamers en ese lugar y apoyarlo con la papelería para ingresar a la universidad.
Conviví con muchos chicos que llegaban a su último año escolar y, al momento de iniciar trámites, sus sueños se veían truncados, ya que muchos de ellos hasta en esa etapa se enteraban de que su estatus en el país era ilegal. Muchos de ellos querían que se escucharan sus historias, su voz. Ellos no tienen la culpa, ellos están en su hogar.
Con el programa se ayudó a muchos adolescentes a ingresar a las universidades; de hecho, muchos de ellos hoy ya están graduados y trabajan contribuyendo al país.
Lo de hoy nos pegó muy fuerte, muchos que lo apoyábamos (programa DACA) estamos muy decepcionados. Incluso hoy después de conocer la noticia muchas personas salieron a manifestar, principalmente enfrente de los edificios de Trump.
*Andrea Molina lleva más de 10 años viviendo en Chicago.
Un camino a la ciudadanía
Aunque era lo esperado, la decisión de Trump ha llegado como un jarro de agua fría para la comunidad migrante.
"No entiendo la postura del presidente, no debió atacar a esa comunidad", lamentó Walter Batres, presidente de la red migrante guatemalteca en Estados Unidos.
No obstante, confió en que el Congreso actúe para no dejar desprotegidos a estos más de 800 mil jóvenes.
"Hasta marzo de 2018 están protegidos, después quedan en el limbo. Una opción podría ser que los congresistas se pusieran de acuerdo para acordar, por ejemplo, que les den la residencia permanente y después de varios años que pudieran optar a la ciudadanía", propuso.
Batres recordó que este año es el óptimo para legislar una propuesta así porque en 2018 "los senadores no querrán tener el tema migratorio sobre el escritorio por ser año electoral".
"En 2018 se espera que los demócratas recuperen escaños, eso es lo más seguro, y de ahí tratar la reforma migratoria", apuntó.
En la resolución de Trump, todos los que tengan sus permisos de residencia vigentes están a salvo. A quienes se les venza en los próximos seis meses pueden renovarlo antes del próximo 5 de octubre, pero no se aceptarán nuevas solicitudes.
*Con información de Roberto Caubilla y Paula Chacón/Soy502