La SAT logró ubicar la compra de facturas dentro de las operaciones contables del caso Eureka, una extensión del B410.
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De acuerdo con la investigación de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) se habría incurrido en la compra de facturas, hecho considerado en defraudación tributaria.
Según explicó Marco Livio Díaz, tienen la capacidad de detectar esquemas de facturas en cuatro horas, por lo que llegaron a la teoría de que el contribuyente denunciado, es Douglas Alexis Espinales Baños, compraba facturas.
La investigación reveló que se presentaron facturas de alimentos y gasolina a empresas ubicadas en Petén para atender servicios en Coatepeque (Quetzaltenango), San Marcos y Santa Lucía Cotzumalguapa (Escuintla).
La compras se hicieron por el concepto de alimentos a una abarrotería consistente en Q2 millones y también por combustible, aunque no reveló el monto, solo la ubicación.
En el módulo de relacionamientos planteado por la SAT, se ubicó a un contador que habría ofrecido al contribuyente la compra de facturas de sus clientes, mismas que no pertenecen al giro de actividad de la compañía.
"El caso más emblemático es el de gasolina, comprada a un contribuyente también situado en Petén pero sólo ir y venir (a esos lugares) se agota el combustible", explicó Díaz.
También lanzó una alerta a los contadores y aseveró: "si están pensando en su escritorio que van a hacer un esquema de compra de facturas, nosotros lo podemos detectar en 4 horas desde el nuestro".
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"Esas prácticas deben de acabarse, todos estamos obligados a pagar nuestros impuestos", aseveró y sentenció: "podemos observar ahora cómo interactúan todos los clientes de una oficina, de abogados, contadores públicos y auditores en tiempo real", concluyó el superintendente.
Esta investigación amplía los indicios del caso B410, el cual involucra a 410 empresas que tenían anomalías, que compartían contador, notario y las direcciones de sus domicilios fiscales no existen.
