Revueltas y personas heridas, se han presentado en la Casa Nuestras Raíces de la SBS, mientras que "ningún juzgado" quiere resolver la situación de los menores que habrían sido rescatados de la comunidad Lev Tahor.
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Mientras que la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS) mantiene un conflicto con niños y adolescentes de la comunidad Lev Tahor que se niegan a aceptar alimentos, agua pura y hasta papel sanitario, diferentes juzgados no han querido recibir el caso y resolver la situación legal de los menores que habrían sido rescatados en Oratorio, Santa Rosa.
El director de la SBS, Marvin Rabanales, explicó que la Secretaría albergó a los integrantes de Lev Tahorpor una orden de juez, luego de que el 20 de diciembre se hiciera el "rescate" de más de 160 niños y adolescentes en un allanamiento liderado por el Ministerio Público (MP), tras denuncias de supuesto maltrato y abuso sexual dentro de la comunidad.
"Están para protección. Hay niños, niñas, adolescentes; adolescentes madres, adultas madres, recién nacidos, mujeres embarazadas que superan las 200 personas. La protección implica que la SBS brinde habitación, alimentación, educación, abordajes psicosociales... nuestro deber es cumplir con el sistema de protección, pero ha sido difícil", lamentó el funcionario.
Sin embargo, durante su estancia en centro Casa Nuestras Raíces Guatemala, ubicada en la zona 3 de la ciudad; integrantes de Lev Tahor dentro y fuera, han provocado disturbios y destrucción de las instalaciones, así como personas heridas o afectadas por líquidos que les lanzaron al rostro.
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Rabanales indicó que, en la última trifulca que ocurrió durante la noche del 8 de enero y la madrugada del jueves 9, varios agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) fueron agredidos y algunos hasta requirieron puntos en heridas punzo cortantes; y seis trabajadores de la SBS recibieron atención debido a que les lanzaron cloro u otra sustancia a los ojos. Además de destruir mobiliario e insumos del centro que los alberga.
Crisis judicial
Esa no fue la primera situación de conflicto que se vivió tras la llegada de los niños y adolescentes de Lev Tahor. Durante tres noches seguidas los trabajadores de la SBS han tenido que enfrentar alborotos. Les lanzan comida a los colaboradores, han quebrado mobiliario, pintado paredes, atacado al personal.
Ante esta situación, la SBS ha acudido a los juzgados para buscar alguna solución. Uno de los problemas es que por orden de juez no pueden aceptar alimentación del exterior y eso ha incrementado el conflicto, pues a nivel institucional se teme un posible envenenamiento y los integrantes de la secta insisten en que su religión les impide alimentarse con productos que no sean kosher.
Sin embargo, la Secretaría ha tenido poco eco en los juzgados y, en su lugar, los han tenido de un lugar a otro, por lo que están a la espera de que "finalmente" un Juzgado "quiera hacerse cargo de la causa", ya que lo único que han recibido son inhibitorias.
"Presentamos una gestión y se inhiben, solicitamos audiencias privilegiadas y no nos atienden, nos remiten al Juzgado Metropolitano, este se inhibe y nos envía al Juzgado de Santa Rosa. Se presentan revocatorias, se declaran sin lugar. Lo cierto es que hasta el sol de hoy, no tenemos un órgano natural definitivo en el que podamos litigar el proceso", dijo molesto Rabanales.
Para el titular de la SBS, esta situación se complica, porque "la respuesta del Estado, la respuesta del sistema de judicial, puede duran algún tiempo".
"Nos ponen contra la pared, porque, por un lado tenemos el deber de proveer, pero por el otro encontramos rechazo. Sin embargo, los niños y adolescentes tienen derecho a vivir. Existe un conflicto entre dos derechos fundamentales de una misma jerarquía: El derecho a la alimentación y el derecho a la identidad. Hay en teoría un conflicto", manifestó Rabanales.
El funcionario criticó a las madres que se encuentran refugiadas junto con sus hijos, debido a que se niegan a recibir la alimentación que se les provee en el centro.
"Las actitudes negligentes de las madres que no quieren darles de comer a sus hijos pese a que hay alimento, será sujeto a alguna investigación por parte del ente encargado y seguramente serán aspectos que los jueces tomarán en consideración al momento de definir sobre la idoneidad o no de una madre o grupo familiar", dijo.
En tanto, "estamos a la espera de que tengamos un juez natural de niñez y adolescencia que finalmente quiera hacerse cargo de la causa... ya cuántos días pasaron. Esta es una amenaza cierta y visible a los derechos de la niñez y adolescencia que está aquí abrigada".
Agregó: "La Secretaría está en el último eslabón de la cadena, porque aquí los tenemos. Aquí tenemos los actos disruptivos, aquí es donde se agrede al personal, aquí es donde se agrede a la policía, aquí es donde se destruyen las instalaciones, mientras que los otros órganos están discutiendo si son o no competentes".
Rabanales recordó que en el albergue hay "madres menores de 14 años, madres mayores de 14 años, adultas con niños, mujeres embarazadas, niños que no sabemos si aquí está su mamá. No sabemos cuántos adolescentes hay, porque se cubren el rostro. Existe la necesidad de perfilación y la división y clasificación, pero para ello necesitamos una estrategia que nos pueda ayudar".
Estrategias de atención
Para la atención de los menores y grupos familiares de Lev Tahor, la SBS informó que está readecunado las estrategias, debido a la pertenencia cultural y religiosa de los refugiados. Este es el plan:
- Contención. Activo actualmente. Se trabaja de manera acelerada para fortalecer con personal, para atender a la población "que es muy distinta" a los menores que han sido atendidos con anterioridad.
- Desarrollo de Guías de Procedimientos. Se adecuarán algunos protocolos para acoplarse a las costumbres y tradiciones de los refugiados de Lev Tahor.
- Capacitación del personal. Ante la emergencia, la SBS incorporará personal que será capacitado con enfoque de contención y respeto a los derechos humanos.
- Readecuaciones presupuestarias. Al coincidir con el cierre del período fiscal, la SBS ha tenido limitados algunos gastos.
- Segunda etapa con manejo de la crisis. Se prevé una residencia de protección ordinaria utilizando todas las estrategias de protección con las que cuentan que se utilizarán según el perfil de cada uno de los niños y adolescentes del Lev Tahor. Se incorpora un plan psicosocial, el desarrollo de un plan de vida, manejo de tiempo, ocio, educación, haciendo una revisión de estándares de calidad para las instituciones de abrigo y protección que alberguen a los menores.
Las autoridades de la SBS recalcaron que esta comunidad requiere de atención especial a tratarse de un grupo ultraortodoxo que tiene procedimientos religiosos que para el sistema son difíciles de entender. "Es una secta que ha sido expulsada de otros países como Canadá y México", por lo que se está tratando de utilizar las prácticas que se incorporaron en esos lugares.
Rescatados
El pasado 20 de diciembre, autoridades del Ministerio Público (MP) y de la Policía Nacional Civil (PNC) realizaron varios allanamientos en Oratorio, Santa Rosa, para rescatar a 160 niños que supuestamente estaban siendo abusados dentro de la secta Lev Tahor.
Esto ocurrió luego de que el 11 de noviembre pasado se presentara una denuncia por la posible comisión de los delitos de trata de personas en modalidad de embarazo forzado, maltrato contra menores de edad y violación, cometidos por un miembro de la comunidad ultra ortodoxa.
Las denuncias fueron presentadas por niños que escaparon de la comunidad y que acudieron a la Procuraduría General de la Nación. No obstante, desde 2018 el Ministerio Público ha recibido, por lo menos, tres denuncias más que prevenían sobre un posible suicidio colectivo, otra del Gobierno de Canadá que advirtió sobre maltrato infantil y matrimonios forzados, entre otras.
Los niños fueron enviados por orden de juez hacia un hogar temporal de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, mientras se dilucidan su situación.
Sin embargo, el 22 de diciembre, miembros de la comunidad Lev Tahor armaron una trifulca logrando que varios de los menores escaparan. El resto de niños fue resguardado en buses y trasladados a un lugar seguro.
Los integrantes de la comunidad se encuentran en el albergue Casa Nuestras Raíces Guatemala, donde cuentan con el apoyo de médicos de la Secretaría, de la Cruz Roja Guatemalteco y de Bomberos Voluntarios, quienes verifican constantemente su estado de salud.
