La temporada en la que las tortugas parlama llegan a las costas del Pacífico está en su punto más alto. Entre septiembre y octubre es cuando más tortugas llegan a depositar sus huevos en busca de reproducir su especie.
Por lo general, ellas salen por la noche y madrugada para realizar el desove, pero en las últimas semanas se les ha podido observar al atardecer.
Durante una visita a la playa de El Chapetón, Chiquimulilla, el equipo de Soy502 fue testigo del desove de dos tortugas que a plena luz del día depositaban sus huevos ante la vista de propios y de extraños. Los visitantes eran los más sorprendidos ya que pocas son las personas las que pueden atestiguar este acontecimiento.
“El avistamiento de tortuga parlama en horas del día es un fenómeno que no ocurre a diario, por lo regular salen de noche y madrugada a depositar sus huevos en el sector costero marino. Probablemente este avistamiento tenga que ver con el fenómeno de luna, también tiene que ver con las lluvias y con el viento que pueden atraer a las tortugas a las orillas de la playa”, explica Luis Enrique Martínez, director regional Suroriente Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP).
La conservación
Martínez explica que debido a la labor que hacen los tortugarios bajo su inspección, el número de neonatos liberados ha ido en aumento en los últimos años, a pesar que aún existen comunitarios en algunos lugares que se resisten a la entrega de los huevos que recolectan.
“Hace como unos 8 años se liberaban unos 120 mil neonatos al mar, en esta temporada de liberación hemos llegado a unos 400 mil, esto ha sido gracias al apoyo que otras entidades nos ha apoyado en actividades como control y vigilancia, operativos de control de carretera, así como educación”, agrega Martínez.
Desde La Barrona en Jutiapa hasta Iztapa en Escuintla, el CONAP tiene registrados 12 tortugarios, aunque se requieren más para brindar mayor protección a las tortugas y sus huevos.
En algunos sectores se han creado jornadas en las que todos los huevos recolectados se entregan a los tortugarios con el objetivo de incrementar la cantidad de neonatos. En la noche del 19 de septiembre, personeros del CONAP y voluntarios recolectaron cerca de 3 mil huevos depositados por unas 30 tortugas, ya cada cada una de ellas desova un promedio de 90 huevos.
Apoyo
José Moreira, de Wildlife Conservation Society Guatemala (WCS) explica que esta entidad apoya al CONAP con el programa Impulsando la Vida Marina en Guatemala, con el objetivo de promover nuevas áreas de conservación.
“Actualmente colaboramos con las direcciones regionales del CONAP para hacer monitoreos en playas para la recolección de huevos para depositarlos en los tortugarios que han sido certificados. El trabajo que realiza esta entidad es muy importante, ellos han logrado tener alianzas con otras instituciones para el tema de conservación, así como la mejora de las instalaciones de los tortugarios”, destaca Moreira.
Además, la Dirección de Normatividad de la Pesca y Agricultura (DIPESCA) del Ministerio de Agricultura, se ha sumado a la labor que impulsa el CONAP para la conservación de los huevos de parlama.
“Hace 2 años, DIPESCA decidió mejorar las instalaciones de los tortugarios de El Chapetón y Las Lisas, ya que llevan más de 25 años funcionando. Gracias al apoyo de otras entidades se han recolectado materiales como cemento, piedrín y bambú para construir el perímetro de estos lugares para evitar que depredadores extrajeran los huevos de tortuga pues las instalaciones se habían deteriorado completamente”, explica Alejandra Paz, encargada de tortugarios de DIPESCA.
Mientras que en el tortugario de Las Lisas, la dirección de la cartera de Agricultura construyó instalaciones para que estudiantes puedan realizar investigaciones relacionadas con las tortugas.
Asimismo, DIPESCA busca impulsar un programa de educación dirigido a los niños para que puedan involucrarse en los tortugarios y puedan tomar conciencia de la importancia de estas especies, además para que puedan educar a sus padres sobre la importancia de entregar el 20% de los huevos que recolectan a los centros de conservación.
Contaminación, el enemigo
no solo los recolectores ilegales son enemigos para los huevos de parlama, sino también la gran cantidad de basura que llega a las playas del Pacífico. Durante el recorrido se pudo evidenciar que botellas de vidrio, plástico, bolsas, zapatos, cepillos dentales y hasta 2 refrigeradoras se encontraban esparcidas por la arena.
Las autoridades del CONAP explican que la basura proviene de los ríos que desembocan en el Pacífico, regresa a la superficie con el oleaje y son una amenaza para las tortugas y otras especies de la vida marina. Se esperará a que finalice la temporada de lluvias para limpiar las playas en conjunto con voluntarios y comunitarios.
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