Existe un lugar que tiene monumentos vivos, lleva 36 años de crecer con la lluvia, de levantarse por los cielos y de ser testigo silencioso de los mejores compositores, arreglistas y marimbistas guatemaltecos. Pero el concreto no crece con la lluvia, el cemento no se enlaza con la tierra y el arte precisa de más arte para florecer, por eso, estos no son monumentos comunes, son árboles que celebran con raíces y hojas el arte nacional.
El Bosque Sonoro de Hormigo, es reconocido como el espacio que conmemora a los compositores y marimbistas del mundo, se ubica en la parte oriental de las instalaciones del Mapa en Relieve, ubicado al final de la avenida Simeón Cañas de la zona 2. Fue el primero en existir en toda Guatemala.
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Su nombre le fue dado por sus iniciadores, Carlos Francisco Marroquín y la directiva de la Asociación Guatemalteca de Artistas y Compositores (AGAYC), quienes comenzaron a sembrar árboles de hormigo, declarado como el Árbol de la Cultura, de la Marimba y de la Paz, y cuya madera es utilizada para la construcción del instrumento nacional.
Nace en 1983 y hasta la fecha cada uno de sus árboles se ha convertido en un reconocimiento vivo al arte y logros de 106 compositores guatemaltecos. Cada árbol fue sembrado por un reconocido compositor o marimbista nacional, y lleva su nombre inscrito en una plaqueta colocada a un costado del árbol.
Cada árbol, cuidadosamente preservado y respetado, exhibe el nombre de reconocidos artistas como Wostbelí Aguilar, José Domingo Bethancourt, Rosendo Barrios e hijos, Cupertino Soberanis, Ramón Tax Cuá, Mariano Valverde y Marco Antonio Castillo, entre otros.
Este bosque fue declarado como parte integrante del Patrimonio Cultural y Natural de la Nación y los árboles de hormigo están protegidos.
Árbol de Hormigo
Es el árbol que, según cuenta la leyenda, se corta únicamente durante la luna llena y se convierte en melodía. Se utiliza para la creación de las marimbas y para hacer una sola el árbol debe haber crecido durante 45 años.
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