El pequeño deportista ha logrado destacar a nivel nacional e internacional.
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Con solo 11 años, Andy Parra, originario de la colonia Primero de Julio, logró consagrarse como Campeón Centroamericano de Cintas Avanzadas en un torneo celebrado recientemente en El Salvador.
En la final venció a un representante local, destacando no solo por su técnica, sino por su temple, disciplina y espíritu competitivo.
Andy, quien también ostenta el título nacional de la Pro League Sport Karate, narra que lo más difícil fue enfrentar la competencia fuera de Guatemala.

"Estaba nervioso, pero lo superé orando y agradeciendo a Dios", expresó con madurez.
El apoyo es vital
Su rutina diaria refleja un equilibrio entre el estudio, las tareas y una hora diaria de entrenamiento, acompañado siempre por el consejo y ejemplo de sus sensei, Jason y Titus Letona, campeones mundiales a quienes admira.
Para el joven, representar a Guatemala, Mixco y su comunidad es un honor que lleva con orgullo. Sueña con convertirse en sensei y fundar su propia escuela de karate. "Quiero ser campeón mundial, como mis maestros", afirmó.

Su mamá, quien junto a su esposo lo acompaña en cada paso, resalta los sacrificios que ha implicado su formación: desde las carreras contra el tiempo por el trabajo hasta los esfuerzos económicos para costear guantes, uniformes, combates y viáticos.
"Hemos dejado de comprar otras cosas, pero él es nuestra prioridad. Ver su esfuerzo, su disciplina y lo que ha logrado, nos llena de orgullo", afirmó.
La familia ha contado con escaso apoyo externo, salvo algunas contribuciones de una tía, pero con fe y perseverancia han conseguido asistir a torneos y sostener la pasión del pequeño atleta. "Cada combate es una meta. Aunque a veces venga adolorido, él se levanta con más fuerza", relató su madre.
Andy no solo destaca en el tatami, también ha demostrado compromiso en sus estudios. La regla en casa es clara: primero las tareas, luego el karate. "Sabía que si no hacía tareas no podía entrenar, así que empecé a organizarme más", confesó.
Su historia es un ejemplo de que con disciplina, valores y apoyo familiar se pueden romper barreras.
Su meta
Mientras se prepara para futuros torneos, Andy continúa entrenando con determinación, motivado por su meta a largo plazo: enseñar karate a otros niños, compartir sus conocimientos y representar a Guatemala en los más altos niveles del deporte.
