Un aficionado del Birmingham City el domingo agredió durante un partido al capitán del club rival Aston Villa, Jack Grealish. Este lunes se declaró culpable en un tribunal de Birmingham, mientras el fútbol británico condena este episodio de violencia, el último de una espiral creciente.
Ante la justicia tras una noche detenido, Paul Mitchell, de 27 años, no explicó su acto. "No puede explicar lo que le pasó, su intención idiota inicial era saltar al campo y luego volver a la masa", señaló su abogado.
El domingo en St Andrew's Stadium, Grealish estaba en el área del Birmingham City cuando este hombre invadió el terreno de juego para propinarle un puñetazo por detrás cuando sólo se habían disputado 10 minutos de juego.
El capitán del Aston Villa se fue al suelo, mientras sus compañeros Glenn Whelan y Tammy Abraham acudieron en su defensa. Grealish pudo continuar el partido.
El agresor fue detenido por la policía, mientras que Grealish se incorporó y marcó el gol de la victoria en el campo del Birmingham City (1-0). El capitán saltó a las gradas donde estaban los aficionados del 'Villa' y se abrazó con ellos, ganándose la tarjeta amarilla.
El futbolista publicó este lunes un comunicado: "No puedo evitar sentirme afortunado, podría haber sido mucho peor si el aficionado hubiera tenido un arma".
El incidente ha provocado un aluvión de reacciones en Gran Bretaña, en un día en el que además, durante el duelo entre el Arsenal y el Manchester United en el Emirates Stadium, un aficionado entró al terreno de juego pasando muy cerca de Chris Smalling, pero sin agredirle.
"Es totalmente repugnante, si no lo erradicamos ahora, la próxima vez podría ser un cuchillo. Las autoridades del fútbol deben castigar al Birmingham por el comportamiento de sus aficionados, ya sea la retirada de puntos, jugar en un estadio vacío, lo que sea", señaló la leyenda Alan Shearer en su crónica en The Sun.
- TE PUEDE INTERESAR:
*Tomado de Infobae