La final de Kíev de este sábado se convirtió en toda una pesadilla para los aficionados del Real Madrid y del Liverpool que, unas horas del partido, muestran su malestar contra la UEFA por elegir una sede que no reúne las condiciones para albergar un evento de tal magnitud.
Muchas molestia y un gran desembolso económico son sin duda los dos grandes tropiezos, además de que sólo existen muy pocos vuelos hacia esa ciudad, por lo que hasta ahora, unos tres mil madridistas afortunados en el sorteo de las entradas han renunciado a las mismas y el club trata de redistribuirlas corriendo la lista del sorteo.
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La inmensa mayoría de los 12 mil seguidores del Madrid con entrada no dispondrán de alojamiento en Kíev dado el precio del mismo. La ciudad pretende ganar con el acontecimiento 31 millones de euros, y la municipalidad no ejerció ningún control sobre los hoteles.
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Así, un hotel de tres estrellas que para la semana que viene alquila sus habitaciones a 50-75 euros pide un mínimo de 1 mil 200 euros para cada una de las noches del viernes y el sábado.
Desde la clasificación de los equipos para la final, la única oferta de alojamiento barato consistía en albergues, muchos de ellos de nueva creación, que ofrecían literas en dormitorios comunitarios entre los 15 y los 150 euros por catre, dependiendo de la cercanía al estadio.
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*Con información La Vanguardia
