Así fue la terrible muerte del cosmonauta Vladímir Komarov, la primera víctima humana en el espacio.
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La carrera espacial fue una lucha entre Estados Unidos y la Unión Soviética. De 1955 a 1998, ambos países buscaban ser el primero en conquistar el espacio. Esto generó una urgencia por lanzar satélites artificiales y naves tripuladas por humanos hacia el espacio exterior.
Los cosmonautas rusos alcanzaron primero la meta y afirmaron que el vuelo tripulado por Yuri Gagarin fue el primero en llegar al espacio. Un amigo cercano de este primer héroe ruso, Vladímir Komarov, fue el designado para realizar el segundo vuelo fuera de la atmósfera terrestre.
Según consta en en los registros, el diseño de la Soyuz 1 presentó inconsistencias desde el principio. Vladimir Komarov, quien era ingeniero de profesión, y su equipo señalaron las inconsistencias en el diseño en un memo que consta todavía como prueba de la situación, sin embargo, muchas no fueron atendidas por el equipo de fabricación.
El plan era lanzar el Soyuz 1 y un día después, el Soyuz 2 para que ambas realizaran una maniobra de intercambio de tripulantes en el espacio negro. Sin embargo los planes se apresuraron por la conmemoración de los 50 años de la Revolución Comunista.
El 23 de abril de 1968 se realizó el lanzamiento y Komarov fue puesto en órbita, sin embargo, los sistemas empezaron a fallar.
Las antenas no abrieron de forma correcta por lo que quedó nulo el sistema de navegación, al igual que un fallo en el control térmico interrumpió las comunicaciones de la nave con la Tierra. La única salida para el cosmonauta era regresar lo más pronto posible al planeta.
La nave ingresó a la atmósfera, pero cuando la cabina caía, el paracaídas principal no se desplegó correctamente, al igual que el secundario, de tal manera que nunca se abrieron para frenar la velocidad de caída.
En ese momento, el Primer Ministro ruso llamó al piloto y le agradeció por su servicio resaltando su heroísmo para el país. En la llamada también estuvo su esposa.
La nave descendía a 200 kilómetros por hora y explotó al contacto con el suelo. Los restos del piloto fueron encontrados calcinados, por lo que fueron quemados hasta reducirlos a cenizas y colocados en la necrópolis de la muralla del Kremlin en la Plaza Roja.