Esta columna es especulativa, mera hipótesis. Voy a explorar en este texto una posibilidad: lo que digo tiene lógica de estrategia política, así que me siento cómodo escribiéndolo.
La razón de que me aventure así, además de la principal que es shutencia de uno mismo, es la opacidad con la que ha sido manejado todo lo acontecido en la semana pasada por el Ministerio de Gobernación, Mingob.
No nace este escrito del acceso a información privilegiada ni nada parecido. Me parece más bien que explica algunas cosas que han pasado en el Mingob en los últimos tiempos. Explica más que otras especulaciones.
Los cambios en la cúpula de PNC no se deben fundamentalmente a un intento de boicotear operativos de CICIG (aunque es obvio que hay acceso a información que será utilizado en beneficio de ciertos afines) ni a represión de futuras manifestaciones (creo y quiero creer) ante jugadas duras y arriesgadas del bloque anti CICIG.
La hipótesis que a mí me parece más plausible es que la principal labor de la nueva dirección del aparato de seguridad es, de cara a 2019, electoral.
Ante un mal posicionamiento en cuanto a corrupción, es necesario para la elite política defensora del sistema generar algún tipo de resultado al que aferrarse y ese resultado bien podría ser la lucha contra las maras.
Esta lógica nos dice que la pretensión sería la de elevar el perfil del nuevo Ministro para presentarle como el baluarte de mano dura que necesita el país contra ese flagelo. Candidato junto con una figura más conocida para presentarse como una dupla de mano dura contra pandilleros en la próxima contienda.
Explicaría el ridículo video donde intentan (patético intento) mostrar a una Policía contundente y efectiva contra las maras. Querrán hacer show de Rambo. Si mi elucubración es cierta, esperen pues lo tendremos en los canales nacionales en vivo y a todo color.
Explicaría también por qué alguien como Degenhart, que se dedica a Seguridad, está dilapidando su relación con los gringos. El dulce de un cargo de ese nivel pudiera ser el motivante.
Explicaría que quiere una estructura policial obediente que se alinee con su plan de choque contra las maras. Necesitan hacerlo rápido pues los resultados deben ser presentados casi de inmediato.
La jugada tendría sentido. No llegará una marca partidaria favorable al estatus quo muy lejos si no presenta algo apetitoso para una población urbana que odia a las maras.
Tener sentido no significa ser moralmente adecuada ni necesariamente efectiva. Ojalá esta columna quede en nada, mareo de un impertinente columnista.
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