Un cierre total en la frontera con México, sumado a la amenaza de deportaciones masivas contra migrantes irregulares fueron parte de las amenazas de Donald Trump durante su investidura como presidente de EE.UU., pero ¿realmente podrían llevarse a cabo?
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"Primero, voy a declarar una emergencia nacional en nuestra frontera sur (con México)", dijo Donald Trump durante su discurso de toma de posesión en el Capitolio, al tiempo que era ovacionado.
"Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal y comenzaremos el proceso de devolución de millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde proceden", agregó.
Desde su campaña política, Trump prometió la expulsión de más de 11 millones de personas que viven en Estados Unidos (EE.UU.) de manera irregular. Incluso, aseguró que se prevé rechazar la nacionalización de hijos de migrantes nacidos en ese país, cuando los padres no cuenten con un ingreso legal.
Durante las semanas que duró su campaña, el ahora Presidente de EE.UU. criminalizó a los migrantes indocumentados y los señaló del incremento en la criminalidad e inseguridad.
¿Por qué 11 millones?
Aunque no existen evidencias reales de cuántas personas viven de manera irregular en EE.UU., hasta el 2022 se estimaba que residían 11 millones de migrantes indocumentados de diferentes nacionalidades.
Mientras que, entre enero de 2023 y abril de 2024, el Departamento de Seguridad Nacional calculó que habían ingresado 2.3 millones de personas, aumentando el número a más de 13 millones de indocumentados.
¿Es posible una deportación masiva?
Según un estudio de American Immigration Coalition (Coalición Americana de Inmigración), una deportación masiva podría provocar daños irreparables en la economía estadounidense. Incluso, calculan que se generaría una caída de entre 4.2 y 6.8 del Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU.
Esto representa una pérdida billonaria de dólares que podrían alcanzar y superar a la Gran Recesión Inmobiliaria que se vivió entre 2007 y 2009, cuando el PIB estadounidense tuvo una caída de 4.3%.
Según expertos, esta situación ocurriría debido a que se perdería una gran cantidad de mano de obra, principalmente en áreas técnicas como la construcción, cocina y otros oficios que regularmente son cubiertos por migrantes no regulares.
"Las deportaciones masivas causarían importantes conmociones laborales en múltiples industrias clave, con impactos especialmente agudos en la construcción, la agricultura y el sector hotelero. Calculamos que casi el 14% de las personas empleadas en la industria de la construcción son indocumentadas", señala American Immigration Coalition.
Además, refieren que "eliminar esa mano de obra afectaría todas las formas de construcción en todo el país, desde viviendas hasta empresas e infraestructura básica. Mientras las industrias sufran, cientos de miles de trabajadores nacidos en Estados Unidos podrían perder sus empleos".
Por si fuera poco, el costo es extremadamente elevado en una deportación. De acuerdo con los reportes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE), el arresto y deportación de cada migrante tiene un costo individual de 11 mil dólares (unos Q84,969.16).
Es decir, si la política de Trump es deportar a 11 millones de personas, comparado con el costo individual por cada persona, se podría deducir que la política del Presidente recién ungido costaría alrededor de 121 mil millones de dólares (unos Q943.9 mil millones).
Mientras que la American Immigration Coalition detalla que, además de los costos de deportación, la operación de deportar a los migrantes tendría, por lo menos, un costo de 315 mil millones de dólares, desglosados de la siguiente manera:
- 89,300 millones de dólares para realizar suficientes arrestos.
- 167,800 millones de dólares para detener a los inmigrantes en masa.
- 34,100 millones de dólares en procesamiento legal.
- 24,100 millones de dólares en deportaciones.
"Deportar a un millón de inmigrantes al año implicaría un costo anual de 88,000 millones de dólares, y la mayor parte de ese costo se destinaría a la construcción de campos de detención. Se necesitarían más de diez años y la construcción de cientos o miles de nuevos centros de detención para arrestar, detener, procesar y expulsar a los 13.3 millones de inmigrantes en cuestión, incluso suponiendo que el 20% de esa población se marchara voluntariamente", subrayaron.
Mientras tanto, en diversos lugares ha habido manifestaciones y rechazo no solo por la asunción de Trump, sino por su insistencia en las deportaciones masivas.