A este proceso se le conoce como "sueños lúcidos"y no, no son muy comunes, pero se pueden emplear técnicas para intentar conseguirlos.
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Tal vez hayas tenido un sueño lúcido y no lo recuerdas o identificas como tal, aunque es cierto que no sucede habitualmente si no se trabaja y existen distintos niveles.
Se trata de una práctica ancestral que se ha desarrollado en diversas culturas, como en el budismo tibetano o el taoísmo.
Para comprenderlo mejor, los sueños lúcidos son aquellos sueños en los que somos conscientes de estar soñando, e incluso puede llegar a cambiarse lo que pase en este.
Dicha experiencia ocurre en la fase REM (Rapid Eye Movement). Esta fase es poco profunda y se repite varias veces durante la noche.
"Generalmente, precede al despertar. Por eso muchas veces recordamos los sueños que hemos tenido", afirma Iñaki Martín, experto en "el arte del yoga de los sueños".
Desafortunadamente, no es algo muy habitual y no todo el mundo lo consigue. De ahí que genere cierto misterio en quienes nunca lo han vivido.
¿Cómo lograr un sueño lúcido?
Ser dueños de nuestros propios sueños tiene sus ventajas. El experto asegura que son de gran utilidad para acabar con pesadillas constantes, solucionar problemas, trabajar la creatividad o simplemente divertirnos.
Si quieres lograr un sueño lúcido toma en cuenta estas técnicas:
Prueba de realidad
Durante el día pregúntate de forma repetida "¿Estoy durmiendo?", y busca indicios de que algo parece extraño o fuera de contexto.
Si haces esto frecuentemente, es probable que también lo realices mientras duermes.
Mantras
Este truco aplica la técnica tradicional de la frase antes de dormir, pero debes agregar detalles importantes.
Primero, establece tu intención antes de acostarte; recita un mantra antes de ir a dormir, por ejemplo: "La próxima vez que sueñe, recordaré que estoy soñando".
Seguidamente, imagina lo más que puedas cómo sería tomar consciencia dentro de un sueño.
Sueño interrumpido
Con esta técnica debes interrumpir el sueño al final de la noche y no al poco tiempo de haberse dormido.
El truco está en poner la alarma más temprano de lo habitual. Esto se debe a que los sueños se vuelven más frecuentes a medida que avanza la noche.
Tras despertarte, debes volver a dormir pero no sin antes reiterar tu intención de recordar que estás soñando.