El tema de la infidelidad ha dado mucho de qué hablar con el paso de los años, al punto de asociarlo con una cuestión genética más allá de lo moral.
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El mediático caso en el Palacio de Buckingham sobre una presunta infidelidad del príncipe Guillermo hacia Kate Middleton despertó todo un debate entre usuarios en cuanto al engaño hacia la pareja.
Una de las conclusiones fue que este comportamiento podría estar ligado a los genes de cada persona. Esto porque la historia del príncipe Carlos engañando a la princesa Diana de Gales se habría repetido en la familia real.
Ante esto, la literatura científica mantiene una postura distinta. En primer lugar, los profesionales no han considerado a la infidelidad como un tema que sea digno de objeto de estudio.
Además que tampoco han logrado demostrar con pruebas su vinculación con los genes. Claro que existen informes en los que se apunta a diversas variantes genéticas como culpables de que una persona sea infiel a su pareja, pero con una evidencia muy débil.
"No hay evidencia considerable como para establecer una relación entre genética e infidelidad", asegura Manuel Pérez-Alonso, profesor de Genética de la Universidad de Valencia.
El experto añade que no sería ninguna sorpresa que más adelante se publiquen descubrimientos al respecto. Sin embargo, recalca que la genética nunca será la culpable por completo de que una persona decida ser infiel.