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Rayuela, una ilusión que no se apagará fácilmente

  • Por Fredy Hernández
18 de diciembre de 2020, 05:00

Cuatro años de trabajo, esfuerzo, dedicación y solidaridad parecían apagarse con un incendio que se produjo la mañana del 12 de diciembre en el interior del restaurante Rayuela en el corazón del Centro Histórico de la zona 1.

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Toda la dedicación y esfuerzo que Byron Vásquez y su hermano, además de sus socios, le pusieron a este pequeño gran espacio parecía quedar en cenizas.

Tras conocerse la noticia sobre el incendio que se produjo en el local 3-67 del Paseo La Sexta, hubo muchos mensajes de solidaridad, pesar y de fortaleza para el grupo que ha conformado una familia que llevó a crear el proyecto de La Olla Comunitaria.

A unos días del incidente, Soy502 se acercó para conversar con Byron Vásquez, Emilio Molina y Edgar Daniel Quisquinay, quienes relataron cómo han sido estos días tan ajetreados, pero que no les ha apagado la llama de la superación y lo han tomado como un reto para demostrar que se pueden sobreponer a todas las adversidades.

“Se imaginarán lo difícil que ha sido para todos nosotros sobre todo que tenemos muchas cosas pensadas, muchas cosas pendientes por hacer y hay cosas que necesitamos que sigan su camino. No es solo el movimiento de Rayuela en sí, sino ha sido todo el movimiento de la gente que está a nuestro alrededor desde La Olla Comunitaria y ahora con Café Pendiente. Hoy por lo menos, para sentirnos vivos, volvimos a sacar otra vez la cafetera que está allá afuera porque nos debemos a la gente que está apoyando y si nosotros podemos seguir apoyando, aunque sea en ruinas, lo vamos a hacer”, explica Quisquinay.

Edgar relata cómo se enteró del incendio que se produjo en el interior del lugar, que había cerrado durante tres días para la nueva imagen que se iba a estrenar el 12 de diciembre.

El lugar ya casi fue limpiado para iniciar con la reconstrucción del techo y otros detalles del inmueble. (Foto: Wilder López/Soy502)
El lugar ya casi fue limpiado para iniciar con la reconstrucción del techo y otros detalles del inmueble. (Foto: Wilder López/Soy502)

“Mi compañera Karen, Byron, su novia y yo habíamos estado trabajando la noche anterior en la remodelación. Habíamos puesto cuadros, lo habíamos dejado todo preparado para la reinauguración del domingo. Estaba muy cansado y pensaba dormir todo el sábado, pero mi compañera llegó a buscarme porque se enteró en redes sociales que el local se había quemado. No sé como me levanté y llegamos aquí para apoyar en el descombramiento y mancharnos las manos para limpiar, pero es una sensación que no se la deseo a nadie”, explica.

Consternado

Emilio Molina no podía ocultar sus sentimientos ante esta tragedia, aunque la solidaridad de la gente le ha ayudado para mantenerse de pie e iniciar con el resurgimiento de Rayuela.

“No nos sentimos solos, nos sentimos muy acompañados y con esa responsabilidad de velar porque esto vuelva a ser ese espacio tan especial que es para muchos. Yo nunca había pasado por esto, pero cuando vine el sábado yo le decía a Byron ‘me siento como si alguien se me hubiera muerto’. Él me calmó y me dijo que de esta nos íbamos a levantar. Es algo que duele, porque es todo el trabajo que se había hecho aquí. Sin embargo, estamos contentos que no hubo una pérdida humana que lamentar, y aunque pensábamos que íbamos a salir de deudas en 10 años, tal vez ahora sean 20 años, pero lo vamos a lograr”, cuenta Emilio.

Hubo muchas cosas que se quemaron y derritieron que fueron imposibles de reconocer cuando se hizo la limpieza, pero cada rincón de Rayuela guardaba algo especial para cada uno de sus integrantes, como un mural en el que se rendía homenaje a varias personas que se borró por el humo.

El 14 de diciembre se llevaron las láminas para colocar el nuevo techo del local. (Foto: Wilder López/Soy502)
El 14 de diciembre se llevaron las láminas para colocar el nuevo techo del local. (Foto: Wilder López/Soy502)

Afortunadamente, la Orden Juan José Gerardi a los Derechos Humanos 2020 que la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala entregó a Rayuela no se encontraba dentro de las instalaciones en el momento del siniestro.

Cuatro años de lucha

Byron Vásquez, uno de los fundadores de Rayuela, no se explica cómo pudo ocurrir esta situación que les ha pegado en el alma, pero han sacado fuerzas de flaqueza para empezar la reconstrucción y volver a servir a sus clientes, además de llevar apoyo comunitario a personas de escasos recursos. 

 

“Esta es una situación muy difícil pues este es el negocio del cual dependen nuestras familias y nuestros trabajadores. Han sido momentos muy angustiantes porque cuando vinimos todo estaba en cenizas, pero gracias a la gente que se ha acercado porque nos han demostrado que, a pesar que el lugar es chiquito, está en el corazón de muchos guatemaltecos. Eso nos ha llenado el corazón de mucha fortaleza”, destaca.

 

Pero desde que se dio a conocer la situación, muchas personas han ofrecido su mano para apoyar en la reconstrucción del sitio, desde arquitectos, diseñadores, propietarios de tiendas de electrodomésticos, pisos cerámicos y particulares.

Byron recuerda que hace cuatro años adquirió el lugar junto con su hermano, pero pasaron algunos meses sin darle uso, hasta que se discutió si lo iban a usar o lo entregaban a su dueño y fue cuando los hermanos llegaron al lugar para diseñar en el suelo cómo lo iban a acondicionar para prestar su servicio a los clientes.

Byron y Emilio saben que un día volverán a colgar el letrero que identifica este lugar que se ha ganado el corazón de muchos guatemaltecos. (Foto: Wilder López/Soy502)
Byron y Emilio saben que un día volverán a colgar el letrero que identifica este lugar que se ha ganado el corazón de muchos guatemaltecos. (Foto: Wilder López/Soy502)

“No nos sentimos solos, yo tengo el corazón lleno de gratitud porque en estos momentos que la podríamos pasar mal, no lo sentimos así por tantos mensajes y llamadas”, destaca.

Además, Byron resalta que tras apagar el incendio, hubo un hecho que les llegó al corazón pues no se lo esperaban la mañana del 12 de diciembre. “Cuando terminaron de apagar el incendio y se fueron los bomberos y la Policía, pasó una señora que nos pasó dejando panes con frijoles, otra señora nos trajo café para que desayunáramos, desde ahí nos ha estado acompañando gente con gestos muy bonitos”, recuerda Vásquez.

El 14 de diciembre aún hubo una jornada para sacar los escombros del techo que se empezó a cambiar el mismo día. (Foto: Wilder López/Soy502)
El 14 de diciembre aún hubo una jornada para sacar los escombros del techo que se empezó a cambiar el mismo día. (Foto: Wilder López/Soy502)

Debido al incendio, las sillas, mesas, platos, vasos, licuadoras, cafeteras, refrigerador, estufa, cuadros y otros insumos se perdieron, por lo que se ha iniciado una campaña para recaudar fondos para la reconstrucción de Rayuela.

 .

Si deseas apoyar a quienes han ayudado a personas durante la pandemia, puedes hacerlo depositando en las cuentas monetarias 149143219-4 a nombre de Emilio Molina del Banco Industrial; 902273267 a nombre de Byron Vásquez en el BAC Credomatic o en el GoFundMe Solidaridad con Rayuela desde el extranjero.

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