Puente de Río Dulce sostiene la economía desde hace 45 años
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Inaugurado el 14 de marzo de 1980 por el entonces presidente Romeo Lucas García, el puente de Río Dulce, en Izabal, nació como una solución económica para conectar el comercio emergente hacia Petén.
Antes de su construcción, cruzar el afluente requería el uso de un ferry que apenas podía transportar seis camiones por viaje.

Con 860 metros de largo, 12.10 metros de ancho, aceras de 1.50 metros y dos carriles de 4.60 metros cada uno, esta estructura se convirtió en una de las más grandes de Centroamérica en su tiempo.
Aunque la obra fue diseñada para soportar 38 toneladas, se estima que en la actualidad pasan camiones de forma simultánea que suman más del doble de ese peso.

Hace unos años, la población expresó preocupación por grietas visibles y daños en la rodadura. Sin embargo, a inicios de 2025 el Ministerio de Comunicaciones evaluó y reparó la estructura: se rotaron placas, se retiraron túmulos que generaban vibraciones y se nivelaron zonas afectadas. En febrero se reportó que estaba en óptimas condiciones.

Actualmente, 45 años después de su apertura, el puente de Río Dulce continúa siendo vital para el tránsito de personas, bienes y progreso en el norte del país.
Más que concreto y acero, esta obra simboliza el pulso constante de la economía que fluye desde y hacia Petén.
