El capitán del Real Madrid Sergio Ramos rechazó haber cometido una falta deliberada para ver una amarilla (que le impide jugar la vuelta de octavos pero le sirve para pasar limpio a cuartos), durante el triunfo 2-1 contra el Ajax en Champions, como había dado a entender tras el partido.
"Quiero dejar claro que me duele más que a nadie, que no he forzado la tarjeta, como tampoco lo hice contra la Roma en mi anterior partido de Champions League, y que apoyaré desde la grada como un hincha más con la ilusión de poder estar en cuartos", señaló en Twitter en la noche del miércoles.
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Se contradice
Antes de sus declaraciones en redes, en la zona mixta, el internacional español había dicho: "Viendo el resultado mentiría si dijera que no la he forzado, es algo que tenía presente y no es por subestimar al rival ni pensar que la eliminatoria se ha pasado, en el fútbol te toca tomar decisiones complicadas y lo he decidido así".
Según esta declaración, Ramos, que vio una tercera tarjeta amarilla que le impide jugar la vuelta de octavos, habría cometido la infracción de manera deliberada, una entrada dura al final del partido (89), para recibir la amonestación y empezar un nuevo ciclo de tarjetas en cuartos de final.
"En un partido son muchas tensiones, muchas sensaciones y muchas pulsaciones. Hay que tomar decisiones en segundos. Lo mejor de hoy es el resultado. Lo peor, no poder estar en la vuelta junto a mis compañeros por un lance del juego", añadió en Twitter tras el partido.
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La UEFA podría sancionar a Ramos con dos partidos por haber forzado una amarilla, como hizo el año pasado con su compañero Dani Carvajal.
Ramos completó el miércoles su 600º partido con la camiseta del Real Madrid, un duelo que el equipo blanco ganó con goles de Karim Benzema y Marco Asensio.