"En el ojo del huracán", el parking del centro comercial Bonaire. ¿Está construido en una zona de riesgo de inundación?
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Este aparcamiento subterráneo, con capacidad para aproximadamente 5,700 vehículos, fue construido para los visitantes de este centro comercial. Sin embargo, está ubicado en una zona inundable, lo que significa que podría anegarse en caso de lluvias intensas. En los últimos días, las autoridades han inspeccionado el área en busca de posibles víctimas.
La arquitecta valenciana Ángela, conocida en redes sociales como "Angelagnu", ha denunciado la construcción del centro comercial Bonaire y los riesgos asociados a las DANAS: "Está construido en una zona de inundabilidad de grado 2 con alta frecuencia de peligrosidad. Si creéis que tiene sentido, me lo explicáis, porque yo no lo entiendo".
El centro comercial Bonaire fue inaugurado en 2001 y renovado en 2016, el mismo año en que se implementó el Real Decreto 638/2016, que regula los usos "aceptables" en zonas inundables de España. El complejo cuenta con una superficie total de 135,000 metros cuadrados, incluyendo 156 tiendas y 5,700 plazas de aparcamiento, de las cuales 1,800 están en el aparcamiento subterráneo.
Construcción en zonas inundables
Andrés Díez ha dado a conocer que "no es que tengamos la manía de construir en zonas inundables. En estas zonas inundables se puede construir". Díez es Doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de Madrid y Profesor de Investigación en el Departamento de Riesgos Geológicos y Cambio Climático del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Sin embargo, explica que "lo que no se puede es construir cualquier cosa. Claro que se pueden hacer usos en estas zonas. Lo que pasa es que existen determinados usos que están prohibidos o desaconsejables".
¿Cómo se puede reducir el riesgo?
Para mitigar los riesgos de una DANA, existen dos estrategias: estructurales y naturales. En la estrategia estructural se busca controlar los caudales de los ríos mediante obras como presas, diques o dragados para evitar inundaciones en áreas pobladas.
Sin embargo, estas construcciones, además de ser costosas, pueden resultar insostenibles a largo plazo y crear una falsa sensación de seguridad en la población, que tiende a construir cerca del cauce confiando en la protección de estas barreras.
La estrategia natural, en cambio, se enfoca en reducir el caudal al promover la infiltración de aguas arriba, mediante la revegetación de la cuenca, lo que favorece el crecimiento de praderas y otras plantas que absorben más agua que los bosques.
Aunque las obras estructurales pueden ser efectivas para fenómenos menores, cuando se enfrenta un evento de gran magnitud que supera su capacidad, los daños pueden ser incluso mayores.