Desde hace algún tiempo, mucha gente miente en su currículum acerca del dominio de un determinado idioma. Y es que desde que Facebook permitió a sus usuarios que añadieran a su perfil una categoría llamada "idiomas hablados", todo el mundo comenzó a autoproclamarse políglotas (persona que domina varias lenguas), incluso si su pronunciación o escritura es muy mala o nula.
Pero esta tendencia de mentir no se limita solo a Facebook, ya que con tal de conseguir un determinado puesto de trabajo las personas exageran sus cualidades y muchas mienten acerca del dominio de algún idioma.
Por ejemplo, en la red profesional LinkedIn muchas personas no lo piensan dos veces para exagerar sus habilidad acerca del manejo de una lengua extranjero.
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¿Puede esto resultar contraproducente?
Por supuesto, ya que mentir es fácil, pero demostrar tus habilidades es otra situación. Actualmente, los currículos están plagados de pequeñas mentiras que muchas veces suelen pasar inadvertidas para la mayoría de reclutadores.
Una encuesta realizada por CareerBuilder demostró que de 2 mil gerentes de recursos humanos en Estados Unidos, quienes se dedican a la contratación de nuevo personal, el 56% dijo que descubrió a más de un aspirante decir mentiras.
Algunos exageraron sobre sus cargos en empleos anteriores y sus responsabilidades y hasta incluían una universidad imaginaria, la cual al corroborar no existía. Otros, en algunas ocasiones, incluyeron documentos falsificados para demostrar sus estudios o récords bancarios.
Más específicamente, estos gerentes dijeron que el 63% de los solicitantes "maquilló y embelleció" una habilidad en su hoja de vida.
Otra encuesta realizada por la empresa Hloom, que se encarga de crear plantillas para cartas de recomendación y currículos, encontró que la segunda mentira más frecuente que un solicitante agrega en su CV es la fluidez en un idioma extranjero.
¿Por qué mienten?
Según Maurice Schweitzer, profesor de gestión en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania, para explicar esta situación existe una justificación muy básica: "Las personas tienden a exagerar las cosas en circunstancias que les es difícil explicar y los idiomas son un claro ejemplo de ello".
En otras palabras, mentir acerca de la habilidad para leer y hablar un idioma extranjero será más difícil de comprobar que una certificación de estudio.
Naturalmente, para trabajos que requieran traducción u otras posiciones bilingües específicas, el aspirante puede estar seguro de que habrá algún tipo de prueba para ver si sus habilidades están a la altura del puesto.
Sin embargo, por ejemplo, si está solicitando un trabajo en el área de diseño gráfico y quiere mencionar en el CV que habla un poco de francés (entiéndase que estudió esa materia brevemente en la universidad y no ha vuelto a practicar desde entonces), tendría que colocar que su nivel de ese idioma es muy bajo para evitar exagerar en las habilidades para hablarlo, ya que tarde o temprano descubrirán la mentira.
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¿En qué se está mintiendo?
Muy a menudo, las personas no solo mienten en sus hojas de vida con respecto al conocimiento de algún idioma, ya que lo hacen también con anteriores trabajos, cartas de recomendación falsas, certificados falsificados o referencias que muchas veces suelen ser sus amigos o familiares.
Muchas personas lo hacen porque quieren conseguir a como dé lugar la plaza a la que aspiran sin importar las consecuencias que mentir les puede acarrear.
El problema es que si se engaña con respecto a los certificados o constancias en una solicitud de trabajo, sin importar el tamaño de la mentira, solamente se dañará la imagen frente a los posibles empleadores.
Schweitzer dice que algunos incluso mienten en la sección de intereses de su currículum (cuando deciden incluirla) y exageran sus pasatiempos o áreas de experiencia para proyectar una cierta imagen de ellos mismos, para verse más inteligentes y sofisticados.
Cachados
Decir que se es fan de Star Wars o de alguna otra película en una entrevista de trabajo es una de las técnicas que a menudo utilizan los reclutadores para romper el hielo e iniciar una charla inofensiva y hasta paralela a la conversación formal sobre el empleo mismo.
Sin embargo, si resulta obvio que el aspirante se pone nervioso y no sabe tanto de lo que escribió entre sus pasatiempos, ¿cómo pretende que el gerente de recursos humanos crea lo demás? Él o ella se podrían preguntar: "¿En qué más está mintiendo?" "¿Es alguien en quién confiar?" "¿Es la persona que queremos para nuestro equipo?"
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Mentir sobre las habilidades es una especie de autoengaño que puede parecer inofensivo al principio, pero puede rebotar adversamente cuando empiece a postularse a puestos más prominentes o, incluso, posiciones públicas.
El profesor Schweitzer comenta acerca del caso de Melissa Howard, una candidata a la Cámara de Representantes de Florida, quien mintió sobre la universidad en la que se graduó. Esa afirmación la llevó a abandonar su candidatura a mediados de agosto. Howard había dicho que obtuvo un título de la Universidad Miami de Ohio, pero esa casa de estudios dijo que no fue así.
Di la verdad
Con todo lo anterior, no se pretende que el candidato omita alguna habilidad que posea ni mucho menos que obvie el hecho de si domina algún idioma.
Sin embargo, si alguien afirma que habla árabe en una solicitud de empleo, incluso aunque se trate de una pequeña anotación al margen, debe prepararse para la posibilidad de que el entrevistador comience a hablarle en árabe. Plantearse ese simple escenario se puede convertir en una prueba de fuego a la hora de decidir qué incluir y qué no en la hoja de vida.
Según la investigadora Meg Montee, del Centro de Lingüística Aplicada de Washington, los niveles más comunes que se usan para medir el dominio de un determinado idioma son el de conversación o fluidez verbal.
Aunque, claro, paralelo a esto existen muchas pruebas estandarizadas (especialmente para estudiantes de inglés cuya primera lengua es otra); pero, como plantea la especialista, son costosas y toman mucho tiempo para que el estudiante se prepare para ellas.
No corras el riesgo
Montee recomienda que al momento de una entrevista, si pregunten acerca de la habilidad para hablar cierto idioma, lo mejor es ser lo más preciso posible. Es decir, usar declaraciones específicas: "Puedo explicar direcciones", "Puedo ordenar comida", "Puedo saludar", entre otras.
Alguien que trabaja en el transporte público necesita poder hacer anuncios claros en ese idioma y ser comprendido por el público en general. En un trabajo de oficina, debe ser capaz de escribir memorandos que sean comprendidos por los lectores en general, argumenta Montee.
Lo más probable es que si alguien no puede demostrar que domina ese idioma, lo mejor es no colocarlo en la solicitud de empleo. Schweitzer señala que si incluso se tienen dudas al momento de anotar alguna habilidad en el currículum, es preferible no hacerlo.
Esta es la regla de oro de los principios más importantes cuando se busca empleo: no vale la pena mentir en el CV. Es fácil mentir para impresionar a otros, pero al final se engaña a uno mismo.
*Con información de BBC
