Durante meses Michelle Martens organizó agresiones sexuales contra sus propios hijos. Ella confesó que lo disfrutaba y que la noche del pasado 24 de agosto la situación se descontroló.
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Su novio Fabián González inyectaba con metanfetamina a su hija de 10 años, el frágil cuerpo de Victoria no toleró más y murió. Ambos autores del crimen decidieron descuartizarla y quemar sus restos para intentar borrar la evidencia, pero la policía halló la espeluznante escena en el baño de su vivienda de Albuquerque, Nuevo México.
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La pareja fue capturada y la madre confesó que "durante meses había organizado este tipo de ataques sexuales" no sólo contra su hija Victoria, sino también contra su otro hijo, Matthew, de 8 años.
A ella le gustaba mirar cómo sus novios violaban a ambos luego de sedarlos con metanfetaminas o pastillas para dormir. Ella contactaba a los hombres a través de sitios de citas por internet y, según los detectives, filmaba los encuentros sexuales.
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El novio de Martens intentó defenderse argumentando que "ellos me amaban", en referencia a los niños. La pareja acusó a una prima de González, llamada Jessica Kelley, y las autoridades capturaron a los tres acusados de varios delitos, entre estos secuestro, abuso infantil y asesinato.
*Con información de Infobae
