Kevin Cordón ha vuelto a la escena y se consagró como uno de los mejores del área, en el día de su cumpleaños 28, luego de vencer a Osleni Guerrero, de Cuba, en una cerrada final, en el Complejo Omega, en Xalapa, capital de Veracruz, donde el domingo se cierra la edición 22 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
“Que linda está la mañana cuando vengo a saludarte”, se escuchó en el sonido ambiente cuando Cordón anotó el último punto del tercer set (20-22, 24-22). La organización ya sabía del cumpleaños del zacapaneco y tras ganar la medalla de oro, hicieron sonar las mañanitas.

El hombre nacido en La Unión, Zacapa, está de vuelta, luego de haber sufrido una lesión de ligamentos cruzados en la rodilla izquierda en 2013, que lo alejaron de las canchas por ocho meses y un año de competiciones oficiales. Este es el evento de más alto nivel que ha tenido los últimos 20 meses.
“Me siento fortalecido de la rodilla, esta medalla es especial por lo que he vivido y para llegar a este ciclo costó”, comentó aún con los ojos rojos tras dejar lágrimas en el campo de juego.

Cordón empezó el día con el tradicional pastel que sus compañeros de equipo le llevaron al hotel Misión Xalapa. Luego pasó a la final de individuales, tras vencer al local, Lino Muñoz, de México, y en dobles masculino, donde estuvo con Aníbal Marroquín, y doblegó a Job Castillo y Antonio Ocegueda, aztecas.
Pero no solo Cordón se destacó. Jonathan Solís y Rodolfo Ramírez, guatemaltecos, accedieron a la lucha por el oro en dobles. Así el partido decisivo fue entre guatemaltecos.
Nikte Sotomayor no se quedó atrás. Le hizo la pelea a Haramara Gaitán, de México y se quedó con la plata, en un duelo que tuvo a unas 400 personas apoyando a su atleta, en una noche fría (10 grados centígrados).
El bádminton hizo sonar tres veces el himno nacional en tierra mexicana. En todas estuvo Cordón por sus triunfos en singles, dobles y por equipos.