Con la llegada de la temporada de lluvias a la región, comienzan a evidenciarse goteras y filtraciones que, aunque parezcan menores, representan un riesgo para la estructura del hogar y la salud familiar.
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La acumulación de humedad favorece la aparición de moho, hongos y ácaros del polvo, agentes que afectan especialmente a personas con alergias o afecciones respiratorias, advierten expertos en salud ambiental.
Impermeabilizar el techo es clave para prevenir estos problemas. Lo ideal es efectuar la tarea en época seca y con apoyo profesional, pero también es posible hacerlo por cuenta propia si se siguen los pasos adecuados, especialmente en techos de lámina.
Cuando el daño es leve, puede aplicarse un sellador tapagoteras directamente sobre la zona afectada. En casos más severos, es necesario reemplazar la lámina dañada. Si se trata de zinc, el primer paso es limpiarla a fondo, eliminando óxido, plantas, algas u hongos.

Luego, se aplica una primera capa de impermeabilizante en sentido contrario a la bajada del agua; tras unas dos horas de secado, se aplica una segunda capa en sentido cruzado para cubrir bien el área.
En techos de concreto, el arquitecto Bryan Cop explica que lo primero es identificar si la filtración proviene de grietas o porosidad. Si hay fisuras, deben abrirse, sellarse correctamente y cubrirse con un impermeabilizante elastomérico, que impide futuras filtraciones.
La terraza debe estar limpia antes de iniciar el trabajo. Se recomienda lavarla un día antes y dejarla secar por completo. La primera capa se aplica en dirección opuesta a la caída del agua con brocha, rodillo o escoba. Al día siguiente, se aplica una segunda en sentido cruzado y se deja secar al menos 48 horas.
