Yurika Moto de 26 años vino a Guatemala como misionera de los Testigos de Jehová. Era originaria de Chigasaki una ciudad de Kanagawa, Japón, donde dejó su carrera en el ámbito de la música instrumental para impartir clases bíblicas y en lenguaje de señas.
El talento de Yurika se apagó con su trágica muerte el pasado domingo cuatro de noviembre en el municipio de El Chal, Petén.
Un joven que la conoció en los servicios de clases, pero que prefiere mantener su identidad reservada, contó a Soy502 que era “un placer conocerla por su amor y amabilidad”.
Yurika, como todos las personas que profesan esa denominación cristiana, tenía un trabajo en su natal Japón y luego de reunir dinero regresaba a Guatemala.
No se sabe exactamente cuándo fue la primera vez que llegó. Pero antes de Petén, estuvo como misionera en Río Dulce, Izabal. “En Petén no hay muchos predicadores por eso se mudó para allá” explicó el joven que compartió en algún momento con la joven japonesa.
De su horrendo asesinato solo se sabe que ocurrió en la casa en la que habitaba en El Chal, Petén. La extranjera habría muerto a golpes.