Sus presentaciones en la Selección Nacional de Cuba no pasaron desapercibidas y a finales del 2018 les comunicaron que un equipo de Guatemala estaba interesado en sus servicios.
A un inicio fue difícil creer, pero más tarde recibieron los boletos de avión y un día frío de enero arribaron al país centroamericano.
Así fue como el defensa Yosel Piedra Guillén y el delantero Luis Javier Paradela se unieron a las filas de la Universidad de San Carlos, equipo de tradición en el país, que lucha por evitar el descenso a Segunda División.
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En Cuba el fútbol gana espacio ante el béisbol, el deporte por excelencia. Hoy es común ver a niños jugando con la pelota a los pies en las calles de la isla.
Yosel, de 24 años, y Luis, de 22, son parte de ese grupo futbolero que sueña con llevar al combinado cubano a su segundo mundial, después de haberse presentado en Francia 1938, porque los rivales del bloque no quisieron participar.
De hecho, Piedra Guillén integra la llamada “Generación de Oro”, con otro puñado de muchachos que jugaron el Mundial Sub-20 de Turquía 2013 y que se colgaron la medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Veracruz 2014.
Paradela es la revelación de su Selección. Suma cuatro goles en la Liga de Naciones de la Concacaf.
Sabor cubano de Primera
Han pasado varias fechas desde su debut en Guatemala y su fútbol no ha pasado desapercibido, a pesar de jugar en la segunda liga en importancia del balompié nacional.
Yosel comanda la zona defensiva universitaria, ordena y va muy bien en el juego aéreo. Es el caudillo en la última línea que necesitaba el equipo azul.
Luis Javier destaca por su movilidad. Es atrevido y escurridizo, un dolor de cabeza para sus marcadores. Frente al marco no falla y en solo cinco jornadas ya es el goleador de la Liga, con cuatro tantos (dos dobletes).
Yosel es originario de Villa Clara. Ha participado en todos los procesos de su Selección Nacional. De hecho disputó los partidos de fogueo ante Guatemala, en agosto del 2018.
Luis Javier nació en la Provincia de Matanza. "Desde los 11 años empecé a jugar fútbol, a los 12 fui a la primera Selección de Cuba y estuve en todas las categorías hasta los 21 años, que debute en la Selección Mayor", cuenta el delantero estudioso.
Ambos emigraron a Guatemala para vivir su primera experiencia como futbolistas profesionales. Ven en la "U" la oportunidad de hacerse un nombre a nivel internacional y abrir puertas para sus compatriotas.
Sus compañeros los han recibido muy bien, el frío típico de la región ha sido complicación, pero no impedimento.
Los cubanos quieren trascender en el país y demostrar que en la isla también hay talento para el deporte rey.
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