Varios actores de "Beverly Hills 90210" han quedado expuestos en situaciones complejas, por lo que los seguidores de la serie apuntan a que se trata de una teoría de maldición.
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La famosa serie de "Beverly Hills 90210" alcanzó su éxito total entre los años 90. Sin embargo, años después ha salido a relucir una teoría sobre la supuesta maldición que rodea a los actores.
Y es que, varias desgracias los han marcado. El caso más recordado ha sido el Luke Perry, quien falleció en 2019 a los 54 años tras sufrir un derrame cerebral.
Mientras que, los hermanos Walsh, en específico Shannen Doherty, alias "Brenda" en la cinta, fue detectada en 2015 con cáncer y hasta la fecha sigue batallando contra la enfermedad.
Mientras que, Jason Priestley, quien le dio vida al personaje de "Brandon", y quien hizo suspirar a sus fanáticas, también presentó graves problemas de salud.
Priestley, en 2002 estuvo al borde de la muerte, durante el entrenamiento de una carrera automovilística.
Otra de las actrices involucradas en un desafortunado hecho fue Tori Spelling, quien interpretó a Donna. En medios de comunicación se dio a conocer las numerosas operaciones estéticas a las que se sometió y sus rupturas amorosas, lo cual la volvió víctima de críticas.
Además, los fanáticos de la serie constantemente señalaban que ella llegó por acomodo a la televisión, pues su padre fue el creador de "Beverly Hills 90210".
Por su parte, Jennie Garth, de 47 años, ha tenido sus propios problemas de salud desde que su papel como Kelly Taylor la lanzó a la fama. En 2002, la actriz fue diagnosticada con un problema cardíaco congénito.
Brian Austin Green, de 46 años, se vio envuelto en una amarga batalla legal por la custodia del hijo que tuvo con la también actriz Vanessa Marcil, a quien conoció en Beverly Hills 90210. Luego vino su polémico divorcio con Megan Fox, madre de sus otros tres hijos.
*Con información de Clarín.
