Hace 100 años, Guatemala vivió uno de los hechos más importantes de su historia política: el derrocamiento del entonces presidente, Manuel Estrada Cabrera, un hombre que permaneció en el poder por más de 20 años.
Sin embargo, con el paso del tiempo este suceso ha ido perdiendo relevancia, especialmente en las nuevas generaciones. El 14 de abril se cumplió el centenario de la rendición de Estrada Cabrera, tras la unión de varios sectores que buscaban un nuevo rumbo para el país.
El 11 de marzo de 1920, los estudiantes de todo el país organizaron manifestaciones pacíficas en las principales poblaciones, especialmente en la capital, para solicitar elecciones democráticas. Pero Estrada las disolvió con las armas, apresando en Mazatenango, a un grupo de damas de la élite local.
La Semana Santa de ese año detuvo el proceso pero, el 8 de abril, el Organismo Legislativo declaró a Estrada incapaz de seguir gobernando, por lo que el mandatario ordenó atacar la ciudad desde varios puntos.
Cuartel de San José de Buenavista
El cuartel de San José de Buenavista se encontraba en el área que ocupan, actualmente, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, parte de la avenida Bolívar y la Municipalidad de Guatemala. Desde este fuerte, por órdenes de Estrada Cabrera se atacó la ciudad para evitar el avance de sus enemigos.
“Durante una semana, los habitantes fueron presa del pánico y la destrucción de la ciudad que apenas se empezaba a reconstruir. Hubo centenares de muertos y miles de heridos”, explica el historiador Aníbal Chajón, del Centro de Estudios de las Culturas de Guatemala, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
Cuartel San Rafael de Matamoros
El antiguo Cuartel General Matamoros se ubica en la 5 calle final 18-00, de la zona 1 capitalina. También fue un punto desde donde Estrada Cabrera ordenó el ataque a la ciudad.
“En la madrugada del 9 de abril los cañones de La Palma empezaron a rugir, así como los de San José y Matamoros. Los obuses impactaron en el Cuartel Número 3, y pasaban sobrevolando la ciudad, buscando impactar en la finca El Zapote, en donde el dictador presumía se había establecido el cuartel general de los alzados, pues don José Azmitia, uno de los mayores líderes unionistas, era gerente de la Cervecería Centroamericana. Bajo el bombardeo, los militares fieles a don Carlos Herrera conformaron un plan de ofensiva, señalando la necesidad de tomar el Fuerte de San José, estratégicamente invaluable, pues desde sus alturas se podría bombardear a La Palma. Los batallones Canales y Palencia atacarían La Palma desde el sur los primeros y desde el norte los segundos, para tratar de tomar la posición”, explica el artículo “La violenta caída del tirano Manuel Estrada Cabrera” de la Universidad Francisco Marroquín (UFM).
Academia Militar
En este sitio se ubica actualmente el Ministerio de la Defensa, sobre la avenida La Reforma. También se encontraba al servicio del dictador que buscaba a toda costa mantenerse en el poder.
“La lucha fue dispar, pero jugó en favor de los Unionistas, que lideraron la revuelta, que el dictador se hubiese aislado en La Palma en la zona 5, aunque tuviera a su disposición modernas piezas de artillería francesa y cerca de 800 hombres. Sin embargo, los rebeldes capturaron la central del telégrafo al pie de San José y se lanzaron a una campaña de desinformación, interceptando los mensajes que enviada el dictador a las guarniciones departamentales y sustituyéndolas por confusas contraórdenes, que terminaron por sembrar el caos en las tropas cabreristas”, destaca el texto de la UFM.
La Penitenciaria
Otro de los puntos que estuvieron al servicio del “Señor presidente” fue la Penitenciaria, donde actualmente se encuentra el edificio de la Corte Suprema de Justicia.
El 11 de abril, algunos obuses cayeron cerca de la Legación de México y de Inglaterra, levantando protestas del Cuerpo Diplomático, quien redactó un ultimátum amenazando con desconocer al gobierno de Estrada Cabrera si este continuaba con su inhumana e inútil campaña de bombardeo en contra de la ciudad.
La Palma
Además, desde la residencia de Manuel Estrada Cabrera en La Palma, actual gimnasio Teodoro Palacios Flores, se efectuaron disparos hacia el extinto Banco de Occidente, lugar en el que se encontraba el Tesoro Nacional.
“Durante una semana, los habitantes fueron presa del pánico y la destrucción de la ciudad que apenas se empezaba a reconstruir. Hubo centenares de muertos y miles de heridos. También hubo ataques violentos en Mixco, Chicacao, Zacapa, Gualán, Chiquimula, Jutiapa, Chichicastenango, Totonicapán, La Antigua Guatemala, Sanarate, Zaragoza, Patzún y Tecpán”, destaca el historiador de la Usac.
Las tropas apegadas a la ley impidieron que Manuel Estrada Cabrera recibiera más municiones y, el 14 de abril, tuvo que rendirse, pero lo hizo ante el embajador de Estados Unidos en Guatemala, Benton McMillin, para conseguir la protección estadounidense.
“Lamentablemente, este hecho fue ocultado porque el autor de los libros de historia oficiales, usados desde 1922 hasta 1944, había sido funcionario de Estrada Cabrera y prefirió ocultarlos para evitar que los jóvenes pudieran tomarlo como modelo y organizarse para enfrentar a los tiranos”, concluye el historiador.
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