Un grupo de investigadores rusos descubrió un enorme cráter de 30 metros de profundidad y 20 metros de ancho sobre la tundra siberiana.
Su tamaño, simetría y fuerza explosiva ha cautivado a los expertos, quienes no están seguros de cómo se formó, pero creen que podría deberse a una acumulación explosiva de gas metano, y podría ser el resultado del calentamiento de las temperaturas de la región.
Este es el noveno agujero descubierto en esa área desde 2013. En ese entonces, muchas teorías surgieron. Cuando se descubrió el primer cráter cerca de un campo de petróleo y gas, en la península de Yamal, al noroeste de Siberia, se habló del impacto de un meteorito, un aterrizaje de ovnis y hasta del colapso de una instalación secreta de almacenamiento militar. Pero nada de esto ha sido confirmado.
"En este momento, no existe una única teoría aceptada sobre cómo se forman estos complejos fenómenos", afirmó Evgeny Chuvilin, científico investigador principal del Centro de Recuperación de Hidrocarburos, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skolkovo, quien ha visitado el sitio del cráter más nuevo para estudiar sus características.
¿Culpa del calentamiento global?
Investigadores encontraron que los cráteres compartían algunas características similares, sobre todo un montículo de 2 a 6 metros de altura que se formó antes de la explosión. Los cráteres también estaban ubicados en pendientes suaves y tenían una parte inferior que era cilíndrica, con un diámetro de apertura de entre 20 y 25 metros de ancho.
Marina Leibman, experta rusa en permafrost -capa de suelo permanentemente congelado de algunas áreas-, cree que los veranos extremadamente calurosos en la región, en 2012 y 2016, y nuevamente este año, pueden haber jugado un papel en el crecimiento y la explosión de estos montículos, los cuales aparecen y explotan en un lapso de tres a cinco años.
«La liberación de metano del permafrost, probablemente, sea causada por el aumento de la temperatura del aire y del suelo durante las últimas décadas. La formación de todos los GEC (cráteres de emisión de gas) fue precedida por veranos anormalmente cálidos», según el estudio, que se publicó en julio de este año, dijo Leibman.
Un golpe de calor
La experta agrega que el metano se acumula en una característica conocida como criopeg, una capa de suelo que nunca se congela debido a su contenido de sal debajo de una mesa de hielo molido, y actúa como una trampa. Luego, el gas se escapa, deformando el hielo y la tierra, para formar un montículo. Y cuando golpeó el calor durante un verano cálido, los montículos explotaron, creando los espectaculares cráteres.
Dichos cráteres, probablemente, son exclusivos de esta área del Ártico porque pocas otras áreas comparten las características necesarias para que se formen los agujeros: una combinación de hielo de tierra similar a una mesa cerca de la superficie, permafrost continuo saturado con metano, y suelo no congelado con depósitos salinos debajo del hielo.
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