Los países habitualmente criticados sobre vulneraciones de los derechos humanos por Washington han dado la vuelta a las acusaciones en momentos en que varias ciudades de Estados Unidos son escenario de protestas de indignados por la brutalidad policial contra la población negra.
Las condenas más fuertes llegaron desde China, que días atrás enfrentó medidas estadounidenses debido a su decisión de endurecer los controles sobre Hong Kong.
Irán, con numerosos funcionarios castigados con sanciones de Estados Unidos por reprimir protestas en noviembre, también aprovechó la oportunidad para criticarlo.
Estados Unidos experimenta uno de sus peores levantamientos en 50 años, con decenas de ciudades bajo toque de queda tras la muerte en Minneapolis de George Floyd. El afroestadounidense falleció durante su arresto cuando un policía blanco lo inmovilizó con su rodilla en el cuello por casi nueve minutos, y él suplicaba "No puedo respirar".
"El racismo contra las minorías étnicas en Estados Unidos es una enfermedad crónica de la sociedad estadounidense", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian.
"La situación actual refleja una vez más la gravedad de los problemas de racismo y violencia policial en Estados Unidos", dijo a periodistas en Pekín.
En tanto, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Mousavi, se hizo eco del lenguaje frecuentemente expresado por la administración del presidente Donald Trump en su apoyo a los opositores del estado clerical.
"Para el pueblo estadounidense: el mundo ha escuchado su protesta por el estado de opresión. El mundo está de su lado", dijo Mousavi, en inglés, en Teherán.
"Y a los funcionarios y la policía estadounidenses: detengan la violencia contra su pueblo y déjenlos respirar", añadió.
En redes sociales, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, tuiteó una condena del Departamento de Estado a Irán en la que intercambió los nombres de los dos países.
Placer y consuelo
El asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O'Brien, deploró que los funcionarios chinos tengan "algún tipo de placer y consuelo en lo que están viendo" en Estados Unidos.
Los estadounidenses que buscan reparaciones "no serán encarcelados por protestar pacíficamente. Hay una diferencia entre nosotros y ustedes", dijo a ABC News.
Muchas manifestaciones han sido pacíficas, pero los activistas han acusado a la policía de usar la fuerza excesiva en una serie de incidentes.
O'Brien agregó a Zimbabue entre "adversarios extranjeros" que pueden estar disfrutando las escenas en el país norteamericano. Zimbabue convocó al embajador para protestar por los comentarios de O'Brien.
¿Desviar de atención?
Analistas indican, no obstante, que China e Irán no son ejemplos en materia de derechos. Activistas han denunciado que China tiene al menos a un millón de uigures y otros musulmanes turcos en una vasta red de campos de "reeducación".
En Guangzhou, residentes africanos dijeron que la policía los desalojó por la fuerza este año y que se les negó el servicio en tiendas y restaurantes en el contexto de la pandemia.
En Irán, un legislador reconoció el lunes que 230 personas murieron en las protestas del año pasado, desatadas por un aumento en el precio del combustible, aunque grupos externos dicen que el número fue mucho mayor.
"Como todos los países, Estados Unidos nunca ha sido perfecto en lo que respecta a los derechos humanos. Nada más lejos de la realidad", dijo Rob Berschinski, vicepresidente senior de política de Human Rights First.
"Pero el hecho de que un defensor de los derechos humanos como yo pueda decir esto abiertamente es lo que diferencia a Estados Unidos y otros países libres de países como China e Irán", dijo.
"Cuando los gobiernos chino e iraní critican las manifestaciones en Estados Unidos, lo hacen para distraer de sus propios registros, no porque les importe la injusticia racial", indicó.
Berschinski, quien se desempeñó en el Departamento de Estado en la administración de Barack Obama, dijo no obstante que Trump hirió la causa, incluso al llamar en Twitter a disparar a los saqueadores.
"Cuando los ciudadanos estadounidenses son brutalizados por nuestra policía y los líderes nacionales como el presidente Trump promueven la violencia, por supuesto, la capacidad de Estados Unidos de hablar con credibilidad sobre los derechos humanos en el extranjero se ve perjudicada", dijo.
En países aliados de Estados Unidos se han producido protestas en solidaridad, incluidos Gran Bretaña, Irlanda y Nueva Zelanda.
Trump no ha sido criticado por esos gobiernos. Entre ellos, un portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson, calificó la violencia como "muy alarmante" y expresó su preocupación por los arrestos de periodistas, incluido al menos un ciudadano británico.
Un vocero del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que la policía de Estados Unidos debería mostrar moderación "como en cualquier otro país del mundo" y que en todo el mundo agentes necesitan capacitación en derechos humanos.
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