El árbitro argentino Néstor Pitana se vio obligado a detener el partido de la gran final del Mundial Rusia 2018, entre Francia y Croacia (2-1), al minuto 53.
Esto debido a que cuatro aficionados (también mujeres) sorprendieron a la seguridad y se metieron a la cancha del estadio Luzhniki, en Moscú.
El grupo punk femenino ruso Pussy Riot se ha atribuido la responsabilidad de este incidente.
Pussy Riot es un colectivo ruso de punk feminista, que pone en escena actuaciones de provocación política sobre temas como la situación de las mujeres en Rusia y, más recientemente, en contra de la campaña electoral del primer ministro Vladímir Putin a la presidencia de Rusia.
Los jóvenes corrieron al centro del campo y buscaron algún contacto con los protagonistas, pero de inmediato reaccionaron los agentes para evitar cualquier inconveniente.
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